El Carmen, San Antonio y Pan Guindas ganan población

Carlos H. Sanz
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La ciudad ha pasado de 80.447 a 77.157 vecinos desde 2014, descenso poblacional que ha sido especialmente acusado en zonas como San Pablo y Santa Marina y Allende el Río y que ha ido acompañado de un envejecimiento del padrón

El Carmen, San Antonio y Pan Guindas ganan población

La evolución de la población de la capital en la última década es negativa en tanto en cuanto ha perdido el 4,1% del censo total. Si en 2014 el padrón municipal recogía un total de 80.447 ciudadanos, diez años después esa cifra se ha reducido a 77.157, según los datos aportados por el Ayuntamiento. Son 3.290 habitantes menos.  

Esta es la visión general del conjunto de la capital, pero si se cierra el foco sobre los barrios, el análisis de la población capitalina ofrece distintas visiones. De los 12 barrios en los que el Consistorio reparte el municipio -el de la Nueva Balastera está integrado en Pan y Guindas y los de San Miguel, La Puebla y María Cristina, en el Centro- hay tres que han visto crecer su población en la última década: El Carmen, Pan y Guindas y San Antonio. Los tres tienen en común que han albergado el desarrollo urbanístico que se ha dado en la ciudad en este tiempo.

El barrio del Carmen ha pasado de tener 4.319 habitantes a 4.586. Son 267 más que se explican por la proliferación de vivienda, eminentemente unifamiliar, que se ha dado en la zona de La Lanera. El desarrollo de los sectores 11 y 12, es decir, las inmediaciones del paseo de La Julia, es el principal culpable del incremento en el número de habitantes en esta parte de la ciudad. 

Su crecimiento es del 6,2%, muy por encima del registrado en la ciudad, aunque ese incremento no ha reconfigurado su pirámide poblacional. El grupo de edad mayoritario lo conforman ciudadanos de entre 35 y 65 años, es decir, personas en edad laboral y que suponen el 46% del censo municipal, exactamente lo mismo que hace una década. De esos 4.586 vecinos, 2.193 son hombres y 2.393, mujeres, una proporción similar a la que guardaba el barrio en 2014, aunque la población masculina ha crecido más que la femenina: 165 vecinos frente a 102 vecinas.

La segunda zona de la ciudad que ha crecido en estos 10 años ha sido Pan y Guindas, que ha pasado de una población de 5.721 a rozar los 6.000, concretamente, 5.938. Aunque hace más de un año el Ayuntamiento aprobó un proyecto de ordenación urbanística del barrio vinculado a la adquisición del edificio de la antigua Alcoholera, que incluía una reparcelación de varios terrenos de cara a su futura urbanización, no es este el motivo de ese incremento poblacional.

La explicación se encuentra al otro lado de la avenida de Brasilia, en la proliferación de viviendas en el conocido barrio de la Nueva Balastera, una zona de la ciudad que administrativamente no tiene tal consideración para el Ayuntamiento sino que se incluye dentro de Pan y Guindas. 

Planificado a principios del presente siglo, el desarrollo del controvertido y finalmente judicializado Sector 8 ha alcanzado su madurez durante los últimos 10 años con la construcción de varias promociones inmobiliarias.

Eso ha permitido contar con 217 vecinos más, un 3,8% respecto a 2014. Una cifra que seguirá creciendo porque aún quedan parcelas vacías llamadas a albergar viviendas los próximos años, como es el caso de la próxima construcción de medio centenar de viviendas colaborativas para jóvenes a cargo de la Junta de Castilla y León.

Ese incremento no ha frenado, sin embargo, el envejecimiento de la población del barrio, donde el número de personas con 65 o más años ha pasado de 1.229 a 1.705, un incremento de 7,3 puntos que contrasta con la caída de su población joven -1.680 vecinos tienen menos de 35 años cuando hace diez años eran 1.868- y de la de mediana edad, con 2.553 empadronados entre 35 y 64 años cuando antes sumaban 2.624.

San Antonio es el tercer barrio de la capital que ha crecido en población durante la última década. Aunque ese incremento es de solo el 0,5% al pasar de 5.580 a 5.609 vecinos, 29 más, contrasta con la tendencia global de la ciudad y de los otros 9 barrios capitalinos. 

El desarrollo de promociones de viviendas en los terrenos de la antigua Balastera y otras construcciones en torno a la avenida de Asturias y la calle San Antonio han permitido al barrio mantener su población aunque no detener su envejecimiento. 

La población de 65 o más años supone el 22,5% de sus 5.609 vecinos cuando hace una década eran el 18%. Hay habitantes más mayores pero también hay menos niños y jóvenes, ya que de ser 1.994 han pasado a 1.778, un 4,1% menos. 

Los que más pierden. Los otros nueve barrios de la ciudad han perdido población a lo largo de la última década pero no todos lo han hecho al mismo ritmo. Los casos más acusados son los de San Pablo y Santa Marina y Allende el Río, ya que sus padrones se han visto recortados por encima del 13%. 

En el caso de San Pablo, la pérdida es del 13,7 por ciento, lo cual se traduce en 710 vecinos menos, ya que en los últimos 10 años ha pasado de tener 5.172 a 4.462, según los datos del Ayuntamiento. 

Paradójicamente, esa disminución de su padrón ha traído consigo cambios en su pirámide poblacional hacia un rejuvenecimiento del barrio. Así, aunque ahora hay menos niños y jóvenes que hace una década (1.221 frente a 1.334) su peso respecto al conjunto vecinal ha pasado del 25,7 al 27,3%. Y es que hay mucha menos población envejecida, ya que de los 1.803 vecinos con 65 o más años que había en 2014 se ha pasado a 1.473, lo que explica en gran parte ese descenso tan acusado del vecindario.

El otro barrio que ha sufrido un importante descenso en su población es Allende el Río, un 13,5% que supone 275 habitantes, cifra importante dado que esta es la zona menos poblada de la capital. Si en 2014 vivían allí 2.031 vecinos, ahora son 1.756.

Un descenso que tiene un motivo muy definido: una caída del 8% de la población de 65 o más años, que en una década ha pasado de 582 a 362. Allende el Río no parece ser el barrio preferido para los palentinos de mayor edad, aunque sí logra contener a su población más joven -que ya supone casi uno de cada tres vecinos (31%)- y a la de mediana edad (48%). 

Habrá que esperar a ver si el desarrollo urbanístico aprobado en septiembre del año pasado por el Ayuntamiento y promovido por la inmobiliaria Imbroser para 80.000 metros cuadrados ubicados en los entornos de la dársena y el ramal del Canal de Castilla y que facilitará suelo para uso residencial y la construcción de hasta 294 viviendas cambia la configuración de este barrio capitalino. 

Santiago, San Juanillo, Campo de la Juventud y Avenida de Madrid son los otros cuatro barrios cuya pérdida de población está por encima de la media de la ciudad. El eje sur de la ciudad se deja más del 20% de su población durante la última década. 

En el caso del barrio de Santiago, la caída en el padrón es del 9% con 388 habitantes menos al pasar de los 4.309 que tenía en 2014 a los 3.921 que residen ahora. En el caso del Campo de la Juventud, la pérdida es de 779 empadronados, lo que supone el 5,6% de los 13.842 vecinos que tenía esta parte de la ciudad hace una década. Ahora, está a punto de perder los 13.000 empadronados (13.063). Y respecto al barrio de la Avenida de Madrid, la pérdida poblacional se ha traducido en 267 personas, al pasar de 4.842 a 4.575, un 5,5 por ciento menos. 

Los tres comparten la misma tendencia, una caída de la población más joven, la que tiene hasta 34 años mientras, a la par, el grupo de mayores de 65 años crece en peso respecto al conjunto de la población de forma mucho más significativa. En el caso del barrio de Santiago, un 7,6%; un 5,5% en el Campo de la Juventud; y un 3,2% en el de la Avenida de Madrid, que es el que mejor sostiene a su población de mediana edad. 

Al otro lado de las vías, San Juanillo se deja un 6,3% de su población durante la última década, 600 vecinos para ser exactos al pasar de 9.493 a 8.893 vecinos, un 6,3% menos. Es el barrio en el que más ha envejecido su población, ya que si hace diez años los mayores de 65 años suponían el 16,6% del padrón, hoy son ya el 26,2% tras pasar de 1.579 a 2.326 vecinos en ese rango de edad. Por el contrario, hay 642 niños y jóvenes menos que hace una década. 

El Ave María y El Cristo han aguantado mucho mejor el vaivén poblacional. El primero ha perdido 174 vecinos desde 2014, el 4,1 por ciento de su población, al pasar de 4.266 a 4.092 habitantes. Del Camino de Figueldo hacia arriba, son solo 103 vecinos menos, y es que El Cristo ha pasado de 6.706 a 6.603 empadronados en los últimos 10 años, un 1,5% menos. 

Finalmente, el Centro, que incluye también a los barrios de San Miguel, La Puebla y María Cristina, ha visto cómo su población ha descendido un 3,6% al pasar de 14.166 a 13.658 vecinos, 508 menos.