Los avances en la igualdad de hombres y mujeres obedecen al empeoramiento de ellos

Elena Villamediana
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En busca de trabajo. Muchas amas de casa han tenido que buscar trabajo para añadir otro salario al hogar

El 62% de las mujeres activas tiene empleo en la Administración Pública y en el sector servicios. - Foto: DP

La mujer está relegada a un papel secundario dentro del mercado laboral español en general y del palentino en particular. Los datos de un informe elaborado por el sindicato Comisiones Obreras muestran que en estos seis años de crisis los «escasos» avances conseguidos en el terreno de la igualdad entre mujeres y hombres no se debe a una mejora en las condiciones laborales de las primeras, sino al empeoramiento más profundo sufrido por los hombres.

El año 2013 finalizó con 73.700 personas activas en la provincia de Palencia, es decir, trabajando o en disposición de hacerlo, de las que 32.200, un 46,2 por ciento, eran mujeres. Desde 2008 se observa una reducción de la diferencia entre el número de mujeres y hombres activos, debido al incremento de ellas (3.400 más) y al descenso de ellos (500 menos).

La evolución de la tasa de actividad desde 2008 también refleja la reducción en hombres y el incremento en mujeres. Así, en 2013 la diferencia se ha reducido en casi cinco puntos porcentuales, sin embargo, las palentinas tienen todavía trece puntos porcentuales menos de tasa de actividad que los hombres.

Consecuencia del incremento de las mujeres activas es el descenso de las inactivas, pasando de las 44.700 registradas en 2008 a las 37.500 de 2013. El informe de Comisiones Obreras achaca en parte esta situación a la incorporación de la mujer al mercado laboral en plena crisis y dejando de lado las labores de la casas para aumentar los ingresos en los hogares. En Palencia se produce también un descenso en el número de hombres inactivos desde 2008 a 2013, aunque en una cifra bastante inferior a la de mujeres, 2.900 varones dejaron la inactividad. Al respecto, destacar que en el conjunto de Castilla y León no se sigue la tendencia marcada por la provincia palentina, ya que aumentan los hombres que cesan la actividad.

La evolución de estos años pone de manifiesto que la principal causa de inactividad para ellos sigue siendo la jubilación o prejubilación, mientras que para las mujeres es la dedicación casi en exclusiva a la realización de las labores del hogar aunque, como se ha visto, muchas han optado por reincorporarse al mercado de trabajo ante el descenso de los ingresos motivado por la crisis.

EVOLUCIÓN DEL EMPLEO. En Palencia 2013 finalizó con 58.100 ocupados de los que 24.000 eran mujeres. Al igual que sucede con los activos, desde 2008 la diferencia entre hombres y mujeres ocupados se ha reducido debido sobre todo, al gran descenso de los primeros (4.100 menos) y al decenso bastante menor de las mujeres ocupadas (600 menos).

La evolución en estos años de las personas ocupadas por sector económico nos muestra que la situación en Castilla y León no ha cambiado mucho para las mujeres, que continúan estando ocupadas mayoritariamente en el sector servicios (han pasado del 85% al 88%). En el caso de los hombres la distribución sectorial se ha modificado y, debido al declive de la construcción (del 18% han pasado al 11%) la ocupación en servicios ha aumentado (del 49% al 56% del total de ocupados). Los sectores agrícola y de la construcción están completamente masculinizados (del total del empleo en la agricultura el 20% son mujeres y tan sólo el 8% en el caso de la construcción) y en la industria la ocupación masculina cuadruplica a la femenina.

Del informe de Comisiones Obreras se desprende que en cuanto al tipo de jornada, en 2013, de las 742.900 personas ocupadas a jornada completa en Castilla y León (no hay datos provincializados), tan sólo eran 37% son mujeres (275.300), habiéndose producido desde 2008 un incremento únicamente de dos puntos porcentuales. Sin embargo, las mujeres siguen copando los empleos a tiempo parcial (80% del total), sin que se haya modificado prácticamente esta situación durante estos últimos años (81% en 2008), a pesar del importante crecimiento que ha tenido desde la reforma laboral este tipo de contrataciones. Los últimos datos de la EPA a nivel nacional de 2013, indican que la razón principal para el trabajo a tiempo parcial, tanto para hombres como para mujeres (un 69% en el caso de ellos y un 60,4% en el caso de ellas), es la falta de trabajos a jornada completa.

La segregación ocupacional de hombres y mujeres queda patente si nos fijamos en los datos sobre la ocupación por rama de actividad. Así, las mujeres se concentran principalmente en dos ramas de actividad: la que engloba por una parte a la Administración Pública, educación, actividades sanitarias y servicios sociales y, por otra, el comercio, transporte y hostelería, concentrándose un 62% de las mujeres ocupadas en estas dos ramas.

Los hombres en cambio, tienen más diversificada la ocupación, siendo su reparto más homogéneo. Las ramas de actividad con mayor presencia masculina son el comercio, transporte y hostelería y la industria manufacturera.

Otro aspecto que delata la situación del género femenino en el mercado laboral es la tasa de temporalidad que en Castilla y León siempre ha sido mayor en las mujeres que en los hombres.

Desde 2008 ha descendido para ambos sexos, si bien lo hizo en mayor medida para los hombres (5,10 puntos porcentuales, frente a los 3,20 de las mujeres), lo que conlleva un mayor alejamiento de la deseable igualdad entre mujeres y hombres.

La mejora de la tasa de temporalidad en este período no es resultado de una mayor estabilidad en el empleo, sino del importante descenso del mismo que ha recaído, especialmente en los primeros años de la crisis, en los trabajadores con contratos temporales.

BRECHA SALARIAL. Por su parte, el sindicato UGT denunció hace algunas semanas con motivo del Día de la Igualdad Salarial la grave brecha entre hombres y mujeres en las condiciones laborales. El sindicato aseguró entonces que las mujeres sufren aún en la provincia de Palencia discriminación salarial por cuestiones de sexo. UGT indicó que no es un problema que se reduzca únicamente a una visión cultural anticuada, por lo que pide el establecimiento de políticas públicas a favor de la igualdad, que favorezcan además la conciliación de la vida familiar, personal y laboral.

El sindicato aseguró que en estos momentos las empresas buscan fundamentalmente a las mujeres para los trabajos temporales, precarios y de media jornada y puso de manifiesto que en 2012 el salario medio anual de las trabajadoras palentinas fue un 25% más bajo que el de los varones.

La discriminación salarial también viene marcada por factores como el tipo de jornada y de contratos y los sectores de la actividad económica.

El informe del sindicato recoge al respecto que un 46,34% de las mujeres trabaja en sectores de actividad en los que la ganancia media es inferior a 20.000 euros (de hecho, en ninguno de ellos ganan más de 18.000 euros), frente a solo el 14,28% de los hombres que trabajan en dichos sectores.

Se puede decir que los sectores más feminizados son precisamente aquellos en que la brecha salarial entre mujeres y hombres es más profunda.

Además, las ocupaciones que tienen un mayor salario medio están masculinizadas. Un 47,6% de las mujeres trabaja en ocupaciones laborales en las que su ganancia media no llega a 15.000 euros brutos al año, al tiempo que no hay ninguna ocupación laboral en la que el salario medio de los hombres esté por debajo de esa cantidad.

En el análisis de la composición del salario, se observa que la ganancia de los hombres y las mujeres no es la misma en todos los componentes del salario. Es en los complementos salariales donde se concentra la parte más importante de la brecha salarial, ya que en ellos radica el 48% de la desigualdad.

El mayor nivel de formación de las mujeres trabajadoras no se traduce en un mayor salario. La brecha salarial entre sexos crece con el nivel de estudios, al elevar en mayor medida el salario masculino. Según datos de la Encuesta de Población Activa, en 2012, el porcentaje de mujeres con educación superior es mucho mayor en todos los tramos salariales.

Estos son solo algunos de los datos que muestran el papel secundario que se le otorga a la mujer en el mercado laboral tanto de ámbito nacional y regional como provincial y que obliga a muchas a emprender una lucha diaria para hacerse un hueco o mantenerlo en dicho mercado.