Escocia habla en las urnas

AGENCIAS
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Unionistas e independentistas ofrecen a la ciudadanía la promesa de un futuro mejor para decantar el voto a su favor

Escocia habla en las urnas - Foto: DYLAN MARTINEZ

 
El referéndum sobre la independencia de Escocia llegó ayer a la última jornada de campaña centrado en la necesidad de convencer a los indecisos, con ambos bandos apostando por invocar un futuro de prosperidad económica y protección de la identidad nacional en el que Yes Scotland (Sí Escocia) prometió un «cambio real» y el frente a favor de la unión lo garantizó también, pero «mejor, más rápido y más seguro». 
Así, a menos de 24 horas de que comience hoy una votación en la que 4,28 millones de personas sentenciarán el porvenir del Reino Unido, las encuestas revelaron que un ocho por ciento todavía no se ha decantado entre la opción de la separación total del modelo vigente desde 1707 o la de permitir el aumento «sin precedentes» del techo de autogobierno que Better Together (Mejor Juntos) avanzó si vence el no. 
Descontando este sector que tendrá la llave del plebiscito, los sondeos mantuvieron el rechazo a la ruptura ligeramente por encima de la tendencia de los últimos días, de apenas un punto. De esta forma, el estudio de Opinium para el diario Daily Telegraph, de ICM para el Scotsman y de Survation para el Daily Mail otorgó al no un 52 por ciento de los apoyos, frente al 48 que se llevaría la papeleta de la segregación. 
No es de extrañar, entonces, que en este escenario los dos bandos apuraran las últimas horas para tratar de convencer al electorado de que su propuesta era la más conveniente, tanto para el bolsillo del ciudadano y las arcas estatales que se encargarán de darle protección, como para las aspiraciones soberanistas de Escocia.
Por ello, el líder del Partido Nacional Escocés (SNP, por sus siglas en inglés), Alex Salmond, mostró una vez más que su apuesta por la independencia no responde exclusivamente a las ambiciones relacionadas con la identidad, sino que es la fórmula que más conviene para la economía. Y como prueba, su primer acto del día fue una visita a una firma de ingeniería para debatir las perspectivas en materia de empleo. 
Además, en línea con su estrategia de reivindicar el futuro de prosperidad que supone la autogestión integral, en la previa del referéndum, el ministro principal remitió una carta a los votantes para instarlos a diferenciar entre los argumentos políticos de los últimos dos años, los transcurridos desde la firma del decreto del referéndum, y confiar en sí mismos cuando mañana tengan por fin que decidir. 
«Es el momento más grande, de mayor empoderamiento que algunos de nosotros tendremos nunca», subrayó, al tiempo que pidió a los ciudadanos confiar en sí mismos e ignorar «las historias de miedo cada vez más desesperadas y de terror» que proclama Downing Street, aseveró. 
No obstante, en una entrevista concedida a la cadena BBC, Salmond insistió en que en el caso de que gane la independencia, negociará con Londres en un espíritu de «amistad entre camaradas» y rechazó la insistencia del Ejecutivo británico acerca de que no aceptará mantener una unión monetaria con una Escocia separada del Reino Unido. 
 
OPCIÓN MÁS DEMOCRÁTICA. Por su parte, el primer ministro británico, David Cameron, aseguró en un entrevista con el diario The Times que no se arrepentía de haber allanado el terreno a la consulta. «Soy un demócrata y Gobierno un país democrático», advirtió. «Cuando una de las naciones que integra el Reino Unido decidió votar por un Ejecutivo que prometió un referéndum, yo tenía solo dos opciones, y elegí la adecuada».
Mientras, la campaña de Better Together preparó para la jornada final una marcha bajo el lema Ama Escocia, Vota no en la ciudad de Glasgow, encabezada por su líder, el extitular del Tesoro laborista Alistair Darling, y el anterior primer ministro, Gordon Brown, quien adquirió un notable protagonismo en el debate desarrollado las últimas semanas, siendo considerado como el verdadero jefe del bando a favor de la unión.