Ángel Iglesias: Potenciar el sector

César Ceinos
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Forma parte desde noviembre de la junta directiva de una relanzada asociación que busca el apoyo de la Junta de Castilla y León para sus nuevos proyectos

Ángel Iglesias - Foto: Óscar Navarro

El relanzado Gremio de Libreros de Castilla y León, que está formado por unos setenta establecimientos de la comunidad(entre ellos, los cinco de la Asociación de Libreros de Palencia) tiene a un empresario de la provincia entre sus principales representantes: Ángel Iglesias, que ostenta el cargo de tesorero desde el pasado noviembre. Es responsable, junto a su hermana Maribel, de la LibreríaIglesias de la calle Mayor de la capital, un negocio familiar de segunda generación que conoce desde que era pequeño. Nació en 1969, seis años después de que echara a andar la que ahora es su tienda.

Decidió participar en la nueva junta directiva de la asociación para potenciar la entidad, «que estaba un poco muerta desde la pandemia». El presidente es el burgalés Javier Pérez Lázaro, de La Tienda de Lope (Olmedo,Valladolid) y el vicepresidente es Álvaro Manso, de librería Luz y Vida (Burgos). Entre sus primeros objetivos, según detalla Iglesias, destaca la firma de un acuerdo de colaboración con la Junta de Castilla y León, «que está muy receptiva, pero necesitaba una presentación seria de una organización».

Además, habla de organizar eventos en fechas señaladas, como el Día del Libro y de intentar vigilar que los Fondos Europeos que dan a las bibliotecas de Castilla y León para compra de libros se queden en los negocios de la comunidad. «El Gobierno pretende hacerlo de manera abierta y la gente de aquí, que somos los que pagamos los impuestos aquí, no queremos que esos fondos vayan a uno que se presente de fuera», comenta.

Por otro lado, el Gremio de Libreros aspira a hacer de sus negocios «espacios vivos en los que pasen cosas, como intercambios de lecturas entre clientes y libreros, y que sean sostenibles». Asimismo, Iglesias comenta que quieren fomentar la lectura a través de bonos infantiles. «Sería una propuesta que creemos que funcionaría bien. Iríamos a los colegios para dar un bono a los alumnos para que hagan su primera compra en una librería y se acostumbren a adquirir sus cuentos».

Otras propuestas son instituir el Día del Libro Rural, la posibilidad de celebrar un encuentro de todo el sector, (desde correctores y diseñadores a maquetadores, ilustradores, editores e impresores), convocar un premio literario que se conceda a un autor que, preferiblemente,  sea de la región y organizar un circuito de cuentacuentos entre librerías.

Por último, Iglesias aboga por «dar al libro físico el lugar que se merece». «Sabemos que con las nuevas tecnologías hay que convivir y no nos apartamos de ello, pero al que es lector le gusta este formato», añade. «El sector no está para tocar las campanas, pero admito que no es de lo que peor está. Eso sí, siempre se puede mejorar. En la pandemia, hubo gente que volvió a leer libros», recuerda el tesorero del Gremio de Libreros.