Paredes de Nava-Belmonte de Campos

Eduardo Gutiérrez Pérez
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Pedaleando por el Canal de Castilla: Donde el Ramal de Campos entrega sus aguas a la provincia vallisoletana

Paredes de Nava-Belmonte de Campos

Dejamos atrás el puente del Deseo, en Paredes de Nava, y en un par de kilómetros canaleros alcanzamos los dominios del término municipal hermano, Fuentes de Nava. Al sur, apreciamos que la esbelta torre de la iglesia de San Pedro, la Linterna de Campos, como bien la denomina el decano de la prensa provincial, el Diario Palentino, no ha dejado ni un momento de guiarnos en nuestro recorrido. Por estos lares la vegetación espesa, es más prolífica que la habitual de este ramal terracampino, que es algo escasa. En este tramo se construyeron diversos elementos hidráulicos antes de su primera paralización en 1757, aunque tres años antes, en 1754, dejaron de excavar el vaso de aguas a la altura de Paredes de Nava. 

Aquí sentimos el influjo del Mar de Campos. Madoz, sobre este inmenso humedal… dejó anotado lo siguiente: «ocupando 2.800 obradas de terreno, las cuales forman una laguna de gran consideración (...) La Nava produce ricos y abundantes pastos donde se mantienen todos los años más de 20.000 cabezas de ganado lanar, vacuno, mular y caballar». Pero el humedal cayó en desgracia... y en la desecación provocada. El denominado «mar castellano» ocupaba los territorios de algunos pueblos del entorno: Grijota, Villaumbrales, Becerril, Villamartín, Mazariegos y Fuentes de Nava, en aquellos tiempos ostentaba la denominación de la Nava de Cabritones, hoy en proceso de recuperación, convirtiéndose en un ecosistema para la supervivencia de muchas especies que, por desgracia, volaron como almas en pena. 

A la llegada al puente de Fuentes de Nava el Canal ensancha; conserva unos vetustos almacenes y diversas edificaciones en estado de inanición. El ensanchamiento del cauce se debe a una pequeña dársena que era utilizada para el intercambio de mercancías. Fuentes de Nava es un pueblo comprometido con el medio ambiente, la llamada Casa del Parque acompaña al Centro de Estudios Ambientales de Tierra de Campos. El patrimonio fuentero es portentoso. San Pedro, Santa María y la ermita de San Miguel constituyen su principal carta de presentación; en la primera destacan los 65 metros de altura de su torre, que no pasa desapercibida. Santa María conserva una espectacular fachada, pero no menos que el maravilloso artesonado mudéjar que adorna su bajo cubierta. 

Paredes de Nava-Belmonte de Campos 
Paredes de Nava-Belmonte de Campos

Pedaleamos hasta alcanzar Abarca de Campos, «lugar de agua retenida», cuando menos según la web oficial de su Ayuntamiento. ¿Casualidad? Aquí se construyó la primera esclusa del ramal, junto a la Fábrica del Canal, un espectacular edificio harinero hoy reconvertido en establecimiento hostelero. Abarca siempre ha sido un pueblo pionero, un lugar para emprendedores, refugio de Chapelet, el mago organero, quien lega una excepcional herencia al pueblo, a destacar la Torre Carrillón que, cuando suena, inunda las calles abarqueñas de melodías del gran músico francés.

Las aguas del Canal se dirigen a Capillas, el pueblo de la segunda esclusa… y de otra desazonada harinera. Escasos tres kilómetros pedaleamos por su demarcación antes de alcanzar Castil de Vela, al este, «la tercera» nos espera. Es curioso, parece que estos últimos pueblos del recorrido se conjugaron para el reparto de esclusas, obtuvieron una cada uno, aunque más adelante descubrimos que Castil de Vela ganó el  sorteo, pues fue agraciada con un par de estas elegantes infraestructuras fluviales, cuestión de desnivel.

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«La quinta» esclusa, y última del tramo palentino, la encontramos en Belmonte de Campos, localidad emplazada al suroeste de estas recias tierras de campos, Belmonte nos aguarda con una grata sorpresa, al aproximarnos, la silueta de una hermosa torre del homenaje, encumbrada sobre un coqueto cerro, nos engalana la vista antes de que sus aguas den el relevo a la provincia vallisoletana, para morir en la dársena de la ilustre ciudad riosecana.