Charo Zarzalejos

CRÓNICA POLÍTICA

Charo Zarzalejos

Periodista


El primer paso

18/08/2023

A Sánchez le ha salido bien la primera jugada. Al parecer todo se ha resuelto en el último momento. El miércoles por la noche ni ERC ni Junts aseguraban no tener nada decidido y no es inhabitual que esto ocurra en las negociaciones complejas pero lo que sí estaba descartado es que los independentistas catalanes facilitaran al PP ni un vaso de agua.

Dicho esto, habrá que convenir que el protagonista de la jornada y de las que vendrán ha sido Carles Puigdemont que se ha frotado las manos cuando ha comprobado que el ministro Albares, a minutos de comenzará la sesión del Congreso, hacía entrega en Europa de la solicitud de que el catalán fuera considerada lengua oficial. Puigdemont, de inmediato, recibió copia del documento para demostrarle que su petición era comprobable. ¡Qué más quiere el catalán! Todo un ministro de España deprisa y corriendo se apresure a darle satisfacción, a darle la comprobación de que su petición no había caído en saco roto.

De los acuerdos conocidos, el tema de las lenguas, las comisiones de investigación sobre asuntos ya zanjados judicialmente como los atentados de las Ramblas, son, en el fondo, el envoltorio de lo sustancial que no es otra cosa que la amnistía y que nadie dude de que la mesa presidida por Armengol se avendrá al consabido debate y una vez abierto, desde Moncloa se sudará tinta con tal de encontrar una fórmula que no contravenga la Constitución al menos de manera flagrante. Y si se pide, que se pedirá, un referéndum de autodeterminación, se buscará el recoveco que lo permita llamándole consulta. Todo es cuestión de tiempo para que lo veamos.

Lo visto ayer es solo un primer paso. Un paso importante, pero solo un paso, porque lo relevante está por llegar y en ese futuro que ya ha comenzado la gobernabilidad de España dependerá, fundamentalmente, de Puigdemont, que nada desea más que sacarse la espina del famoso y triste conato de independencia de Cataluña. Desde el PSOE se insiste en que la "gente" es lo que ha dicho que quiere tras los resultados del 23 de julio. ¿Es seguro que la "gente" quiere que quien mande a distancia es Puigdemont?. Para que nadie eche las campanas al vuelo, desde Waterloo ya se ha recordado que el tema de la investidura está igual que el 24 de julio. Y Puigdemont es consciente de su fuerza. O se llega a acuerdo con él o no hay investidura y a esto se le llama poder con mayúscula.

Sánchez va a tener trabajo si quiere mantener una legislatura de cuatro años y Feijóo no va a tener descanso. Encabeza Feijóo la Oposición más fuerte que nunca ha habido en España y no solo porque ha ganado las elecciones sino porque acumula una importantísima fuerza institucional, tanto en autonomías como en el propio Senado. Intentarán, si Sánchez es investido, cercarle por todos lados, pero no va a ser tarea fácil. Feijóo no va a gobernar pero lidera un partido con enorme fortaleza que a partir de ahora deberá irse un rato al cuarto de pensar para, en función de los acontecimientos, hacerse notar de manera que los millones de ciudadanos que le han votado se sientan protagonistas de la azarosa vida política que nos espera.

La izquierda, en general, se siente satisfecha y sonriente y en más de una ocasión me pregunto a que viene tanta alegría sabiendo cómo saben que el Gobierno que se forme será, desde luego, legítimo. Tan legítimo como cautivo de un hombre que se llama Carles Puigdemont.

De Vox nada que decir. Han demostrado una vez más que por encima de intereses que podría compartir con el PP han optado por su puesto y salvo que hagan una declaración solemne de apoyo a una eventual investidura de Feijóo, los populares lo mejor que pueden hacer es ignorarles.