Vicente: "Se concentra un número de piezas muy alto"

César Ceinos
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El museo territorial que aúna las colecciones parroquiales de Fuentes, Paredes, Becerril y Cisneros cumplió dos años en junio. Su director es José María Vicente, que destaca tanto la cantidad como la calidad de las obras

José María Vicente Pradas - Foto: Sara Muniosguren

Dos años cumplió en junio Campos del Renacimiento, el museo territorial que abarca las colecciones parroquiales de arte de Becerril de Campos, Paredes de Nava, Cisneros y Fuentes de Nava. José María Vicente Pradas (Jambrina, Zamora, 1978) es el director del centro, que está gestionado por la conocida Fundación Las Edades del Hombre. Es licenciado en Historia del Arte por la Universidad de Salamanca y doctor por la Universidad de Valladolid y desde 2003 trabaja en la entidad promotora de las exposiciones sacras del mismo nombre que se llevan a cabo, principalmente, en Castilla y León, aunque se llegaron a organizar en Amberes, Nueva York y Plasencia (Cáceres). Participó en la gestación de las grandes muestras, en la selección de piezas y en la coordinación de las actividades culturales, como exposiciones temporales y conciertos, del monasterio de Valbuena (San Bernardo, Valbuena de Duero, Valladolid), la sede de la entidad. Además, es autor de varios artículos y libros relacionados con este tema. 

A modo de introducción, explique a para aquellos que aún no lo conocen, qué es Campos del Renacimiento 
Es un museo que afecta a cuatro localidades de la Tierra de Campos palentina (Paredes y Fuentes de Nava, Cisneros y Becerril de Campos) que vivieron su esplendor a finales del siglo XV y principios de la centuria siguiente, la decimosexta, y que habían atesorado un conjunto patrimonial verdaderamente reseñable, tanto en cantidad como en calidad. En algunos lugares ya existían museos, como era el caso de la iglesia becerrileña de Santa María, que ya estaba musealizada y con buen criterio en su momento, pero habían pasado varias décadas y había que actualizar el mensaje, el contenido, la forma de exponer y la iluminación. 

Con Campos del Renacimiento se pretende profesionalizar y renovar estos espacios conforme a los criterios museísticos del siglo XXI para hacerlos accesibles a todas las personas y crear un conjunto que sirva para  una difusión más clara y efectiva, con un horario amplio para visitar todas las sedes. De esta forma, los visitantes saben que tienen un producto de calidad y que pueden visitar, tranquilamente, en un fin de semana. Anteriormente, las aperturas de los templos eran dispares y había alguno al que era complicado acceder. 

¿Cómo surgió esta iniciativa?
Gracias a la colaboración de la Diócesis de Palencia, que es la institución propietaria de los bienes; la Diputación, que es la responsable de la financiación; la Junta de Castilla y León, que colabora en el proyecto, y la Fundación Las Edades del Hombre, que es la encargada del diseño y la gestión del museo. Para su puesta a punto, hubo que hacer intervenciones muy importantes desde el punto de vista arquitectónico en alguno de los monumentos, pero también a la hora de restaurar bienes. Creo que es importante destacar que a través de esta iniciativa se rehabilitaron obras que ahora se pueden ver en todo su esplendor.

¿Qué finalidad tiene Campos del Renacimiento?
Poner en valor el vasto patrimonio cultural de la zona y, en especial, la riqueza artística de carácter religioso. No obstante, hacemos hincapié y difundimos otros aspectos, como el patrimonio natural. A nadie se le puede escapar que al lado de Fuentes está la Laguna de la Nava, un espacio importante. Hay más recursos, como el Canal de Castilla o la gastronomía. Además, destaco los personajes vinculados a las localidades. Para nosotros son muy importantes. De ahí que hablemos y enfaticemos mucho en Pedro y Alonso Berruguete y Jorge Manrique en Paredes y de Alejo de Vahía en Becerril. No nació en este municipio, pero en él tuvo el taller donde desarrolló fundamentalmente su carrera profesional. Por último, la del cardenal Cisneros en la localidad del mismo nombre, donde se potencia esta figura.

Este museo está repartido en cinco edificios. Hizo ya referencia a la iglesia de Santa María de Becerril. Las cuatro restantes son San Pedro y San Facundo y San Primitivo de Cisneros, Santa María de Fuentes y Santa Eulalia de Paredes. ¿Por qué decidieron seleccionar estos templos y estas localidades?
Se decidió que Campos del Renacimiento estuviera dividida en cuatro localidades y se escogieron los templos más monumentales y emblemáticos de cada una de ellas. Son cuatro lugares que están relativamente cerca entre sí. Están a una distancia cómoda para parar en todos, incluso, en un solo día. Hay gente que lo hace. Respecto a los edificios, en Cisneros, musealizamos la iglesia de San Pedro, pero San Facundo y San Primitivo tiene un valor extraordinario, con unas techumbres mudéjares. De ahí que se incluyeran las dos.

¿Cuáles son los puntos fuertes de este centro museístico?
Lo más destacado es el contenido. Es realmente excepcional. En pocos lugares rurales de España se concentra un número de piezas tan alto de artistas relevantes. Estoy hablando, en muchos casos, de los mejores de la historia del arte. En Paredes tenemos obras de Pedro y Alonso Berruguete y una de las pocas obras del escultor andaluz Martínez Montañés. De Juan de Juni hay una maravillosa pieza, la Virgen con el Niño, en Becerril. Debido a las circunstancias económicas y prósperas que tuvieron en estos lugares en el pasado, pudieron permitirse el lujo de contratar a los mejores artistas. Y eso es, quizás, lo que más llama la atención. Los visitantes ven muchas piezas y de mucha calidad. 

¿Y lo más difícil de tener cinco sedes separadas entre sí?
En este aspecto no estamos teniendo ningún inconveniente. Disponemos de varios tipos de entrada. El turista puede visitar solo un lugar, pero tiene también un pase doble para ver dos sedes y la conjunta para las cinco, que tiene una duración de seis meses. 

Y en un plano más personal, ¿cómo es dirigir un museo como este?
Es muy satisfactorio. El personal que trabaja en estos puntos es muy profesional y desarrolla una labor impecable. Aunque, indudablemente, en el día a día, surgen muchos temas que hay que ir solventando porque las sedes no son iglesias de tamaño normal o pequeños espacios. Hablo de edificios, que, en algunos casos, como Santa Eulalia, tienen, prácticamente, dimensiones catedralicias. Su conservación y difusión es apasionante, aunque requiere un esfuerzo importante.

¿Cómo acogieron esta propuesta los visitantes?
En estos momentos, después de dos años y unas semanas más, hemos superado ya los 30.000 visitantes. Estamos muy satisfechos, tanto por la afluencia como por su valoración. Muchos conocían el proyecto por la difusión en los medios de comunicación, la web o las redes sociales y otros se ven gratamente sorprendidos cuando vienen. Entonces se les explica el proyecto y quizá, de ver un lugar, pasan a ver las cinco iglesias. Las críticas han sido muy positivas. Nadie espera en una zona rural, afectada por la despoblación, que se puedan encontrar tesoros y maravillas que ya quisieran algunos museos diocesanos en España.

Aproximadamente el 50% de los turistas es de Castilla y León. La mayoría son palentinos. Por detrás se sitúan los vallisoletanos. Pero lo más interesante es que la mitad de las personas que nos están visitando procede de otras comunidades autónomas, fundamentalmente de la Comunidad de Madrid y del País Vasco, pero también de Cantabria o Andalucía. Además, hay un pequeño porcentaje de extranjeros. 

Se refiere, en varias ocasiones, a la calidad de la colección del museo. ¿Qué piezas destacaría?
Lleva el nombre de Campos de Renacimiento porque fue la época de mayor esplendor, pero se conservan obras de diferentes estilos y períodos artísticos, desde el románico hasta el barroco. Por su parte, las iglesias se construyeron en estilo gótico, pero tienen añadidos posteriores. Respecto al contenido, podrían destacarse muchas de sus obras. Quizá lo que más interés provoca en Santa Eulalia sean los famosos Reyes de Judá o los profetas del Antiguo Testamento de Pedro Berruguete que se encuentran en la predela del retablo mayor. Simplemente por ver esas obras hay gente que se desplaza hasta Paredes. Son un icono de la historia del arte que están en todos los manuales. 

De Becerril podríamos citar una Virgen con el Niño maravillosa de Juan de Juni y el Padre Eterno de Alejo de Vahía, que se vio en varias ocasiones en exposiciones de Las Edades del Hombre, incluso en Nueva York. Además, en esta localidad hay más de cuarenta piezas de este artista. No hay un lugar en el mundo con más.

En Cisneros sobresalen dos elementos fundamentales. Por un lado, las antiguas puertas de San Pedro, que estuvieron 500 años recibiendo al visitante. Hace tres  se desmontaron, se restauraron y se les devolvió su esplendor. Es una de las obras que más sorprende al turista. Se hizo un montaje en el interior del templo. Ahora están dentro y se atribuyen a Francisco Giralte, otro de los grandes escultores del renacimiento que trabajó en Palencia y que también realizó el retablo mayor de la misma iglesia. Por otro lado, las techumbres mudéjares de San Facundo y San Primitivo de 400 metros cuadrados. En Fuentes también hay otra estructura del mismo estilo. Están magníficamente restauradas y con una iluminación espectacular.

¿Hay piezas guardadas?
Sí, algunas que tienen menor calidad y otras que tenemos que ir restaurando poco a poco. Lo que está expuesto es una parte del patrimonio que se conserva en estas localidades, pero no es todo. Esperemos que, con el paso del tiempo, podamos ir recuperando e ir mostrando otras, aunque sea de forma temporal para que puedan admirarlas. Las obras de este museo son del templo y de otros que hubo en el pasado, de ahí su diversidad y amplitud.

¿Qué aporta la Fundación Las Edades del Hombre a Campos del Renacimiento?
Desde un punto de vista científico, realizó una selección de las obras más interesantes y, siguiendo el esquema de las grandes ediciones de Las Edades, construyó un relato que el visitante contempla en cada uno de los edificios y que les permite acercarse a la historia del Cristianismo a nivel general y, sobre todo, a nivel local. Exponemos joyas que se han ido atesorando a lo largo de los siglos. En Becerril, las piezas se colocaron siguiendo el hilo conductor que tiene como título Tierra de María; en Paredes, Cristo y su Iglesia, y en San Pedro de Cisneros, Nuestra Iglesia. Los dos templos restantes (San Facundo y San Primitivo de Cisneros y Santa María de Fuentes) siguen manteniendo su función parroquial y además conforman lo que hemos venido en llamar Centro de Interpretación de las techumbres mudéjares.

¿Considera que es exportable este tipo de museo territorial a otros lugares de la provincia?
Creo que es una iniciativa muy interesante y que además es muy innovadora. Pienso que sí. Puede que sea el futuro de muchas zonas. Eso sí, debe tener un patrimonio valioso. Aunando esfuerzos y actuando de manera coordinada se va a llegar mucho más al público y se puede difundir un proyecto con mayor efectividad que si cada uno va por libre. Pero es difícil que en todos los lugares de la provincia se responsabilicen técnicos con conocimientos. La cantidad de iglesias en Palencia es inmensa.

Campos del Renacimiento dispone de cuenta en Instagram, una red social que mira hacia la juventud. Su propia configuración, donde priman las imágenes, favorece la difusión de las obras de arte. Pero, a la hora de la verdad, ¿las nuevas generaciones acuden al museo?
El perfil del visitante es de gente con edad superior a 45 años, pero es cierto que al museo territorial se acerca todo tipo de personas. Se ha hecho difusión a través de influencers y en blogs de historia y de arte y cada día son más los jóvenes que vienen con interés. Lo que sí hemos detectado es que a Campos del Renacimiento acuden curiosos con un nivel cultural relativamente alto y sabiendo, en muchos casos, lo que quieren observar. Más que nada porque hay que ir hasta las sedes, no es como una iglesia en pleno Camino de Santiago por la que pasan peregrinos muy diversos. Aquí el que viene conoce el proyecto o sabe que en una de las iglesias hay joyas de determinado autor.

¿Qué pretenden con la propuesta de la Pieza invitada?
Queremos que sea un museo vivo donde se realicen actividades periódicas para que los amantes del arte puedan acercarse para ver determinadas piezas que están en otros lugares. Con la Pieza invitada lo que hacemos, fundamentalmente, es traer  otras zonas de Palencia y que están en iglesias parroquiales que no tienen horario de visitas y que son difíciles de ver. De esta manera, los que conocen el museo tienen el aliciente de volver porque se van a encontrar con algo nuevo. 

¿Qué otras actividades han puesto en marcha?
El año pasado pusimos en marcha Otoño guiado, unas visitas a mayores de las que se hacen. Tuvo una gran respuesta. Este año decidimos hacer la Obra comentada. A todas las personas que se encontraban en unas horas determinadas se les incidía en una pieza concreta de manera específica. Son pequeñas actividades que hacen que haya un mayor dinamismo para que los visitantes que residen cerca vuelvan a pasarse por el museo territorial.

¿En la actualidad se están restaurando piezas?
Se recuperaron obras de arte merced al convenio entre el Obispado y la Diputación como ha sido el reciente caso de la Virgen de Villafilar que habitualmente puede contemplarse en San Pedro y que será presentada el 18 de agosto. El acceso a este templo será gratuito por ese motivo. Además, la Fundación Las Edades del Hombre, a través del Centro de conservación y restauración situado en su sede, se plantea igualmente la intervención de forma paulatina en aquellas obras significativas que forman parte de los fondos del museo y que se irán presentando según vayan siendo recuperadas.

Por último, ¿qué planes tiene a corto y medio plazo?
Seguiremos manteniendo la Obra invitada, con piezas reseñables del patrimonio palentino que se presentarán en el museo durante tres meses, y el Otoño guiado con visitas guiadas que van incluidas en el precio de la entrada, no tienen, por tanto, ningún sobrecoste. Además, vamos a poner en marcha unas visitas y talleres didácticos en la iglesia de Santa María de Fuentes de Nava específicas sobre las techumbres mudéjares. Se trata de que los alumnos, niños de distintas edades, se acerquen a nuestro patrimonio y de forma didáctica puedan comprender cómo se construían estas imponentes estructuras de madera y qué herramientas se utilizaban.