Cierra el espacio autogestionado La Cueva

Carlos H. Sanz
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El espacio autogesionado LaCueva, un nave ubicada en la carretera de Santander, cerrará sus puertas por orden del Ayuntamiento, poniendo punto final a 12 años de vida en los que ha albergado más de 300 conciertos y numerosas actividades

Cierra el espacio autogestionado La Cueva

El espacio autogesionado LaCueva, un nave ubicada en la carretera de Santander, cerrará sus puertas por orden del Ayuntamiento, poniendo punto final a 12 años de vida en los que ha albergado más de 300 conciertos y numerosas actividades como charlas, teatro o circo.

Han sido sus responsables quienes durante el pasado fin de semana anunciaron en sus redes sociales el final del proyecto «porque [La Cueva] no reúne las condiciones de seguridad que se estipulan desde el Ayuntamiento». 

Una afirmación confirmada por la propia alcaldesa, Miriam Andrés, que aseveró ayer que este espacio  «no reúne las mínimas condiciones de seguridad» para ejerce la actividad que lleva a cabo. 

Tras la muerte de 13 personas en el incendio declarado la madrugada del pasado 1 de octubre en dos conocidas discotecas de Murcia, el Ayuntamiento solicitó a Policía Local información sobre la situación de los espacios de ocio nocturno de la ciudad. Aunque no se detectaron incumplimientos en los negocios hosteleros de la capital, sí se llamó la atención sobre algunas naves que funcionaban a modo de salas de concierto y espacios para celebraciones. 

Miriam Andrés recordó ayer que la responsabilidad civil subsidiaria en caso de que ocurriese algo en La Cueva -donde no se cumple la normativa para la organización de espectáculos ni en lo referente a salidas de evacuación- corresponde al Ayuntamiento.

Los responsables de La Cueva reconocían en su despedida que no pueden afrontar «los altos costes exigidos para acondicionarla y pasar las inspecciones obligatorias» y que, por lo tanto, no tienen más remedio que «cerrar para siempre».

«Otro local que cierra y otra iniciativa más que muere en la ciudad. Una ciudad que poco a poco se está convirtiendo en un cementerio: sin bares, sin tiendas físicas, con apenas opciones de ocio y culturales alternativas para los jóvenes», afirman en esa publicación de despedida.