De la C de Cándido a Conrado

J. Benito Iglesias
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15 presidentes de la Cámara de Comercio, sus juntas directivas y empleados integran una historia viva defendiendo el devenir empresarial

De la C de Cándido a Conrado

La Cámara de Comercio deja atrás un siglo y cuarto de fructífero empuje al emprendimiento, jalonado por la ingente labor en su cimentación y consolidación de 15 presidentes, sus juntas directivas y los empleados, que forman parte de una historia viva y fructífera para generar empleo y riqueza, defendiendo los intereses de las empresas.

«En la ciudad de Palencia, en el salón de sesiones de la Sociedad Económica de Amigos del País, el día 18 de diciembre de 1898, a las tres de la tarde, hora señalada de la convocatoria de la comisión gestora -compuesta por los señores Eusebio Arroyo, Isidoro Fuentes, Tomás Alonso, Germán de Guzmán y Demetrio Casañé- con circular dirigida por la misma a los pueblos más importantes de la provincia, reuniéndose bajo la presidencia del sr. Arroyo, comunicando lo que a continuación se anotara. El sr. Arroyo comenzó por dirigir un afectuoso saludo a cuantos de la capital y provincia había concurrido, una vez que la prensa, El Diario Palentino, se hizo eco en frío de la idea, dando a continuación lectura de los trabajos practicados, a fin de obtener la autorización oficial de una Cámara de Comercio de Palencia y su provincia...». Así lo refleja el acta de constitución en un documento original caligrafiado que conserva la entidad palentina.

Cuando la Cámara cumplió su centenario, se plasmó su historia en un  trabajo que realizaron Julián García Torrellas, periodista e historiador, en lo referente al trabajo de sus protagonistas; el periodista Pedro Miguel Barreda -que aportó detalles de comercios, empresas y servicios de toda la vida en la capital y provincia- y el dibujante Eulogio Gómez Iglesias, con ilustraciones históricos negocios y empresas.

De la C de Cándido a ConradoDe la C de Cándido a ConradoEl primero de los presidentes fue Cándido Germán (1898-1900), trató de consolidar en su mandato la institución cameral,  y se redactó una circular para hacer ver a los industriales y comerciantes  los inmensos beneficios de asociarse y alcanzar la ansiada unión empresarial.

Tomó el relevo Eusebio Arroyo (1900-1901), al que le tocó vivir una división de conflicto de intereses por las discrepancias surgidas a raíz de un estudio y propuesta del lugar donde deberían ser construidos los nuevos muelles para carga y descarga del transporte de mercancías por tren. En su mandato, se fundó la Escuela de Comercio, centro en el que varios años se impartieron enseñanzas mercantiles a hijos de socios y empleados.

A continuación se produjo el mandato de Eduardo Gallán (1901-1902), que afrontó una nueva legislación  que regulaba el funcionamiento de las cámaras. En esta etapa se intentó mejorar tanto los servicios ferroviarios como telefónicos. 

Con Germán de Guzmán (1902-1906) la institución cameral se asentó de forma definitiva. Aquí, las cuestiones relacionadas con el ferrocarril siempre ocuparon un lugar destacado, como la petición de nuevos muelles de carga y descarga en un solo lugar.

A continuación llegó Valentín Calderón (1906-1912) y trató de expandir la entidad e incrementar la masa social, sobre todo de la provincia. Apoyó la Escuela de Comercio, pero tuvo que cesar su actividad al no contar con ninguna subvención oficial.

Después de un anterior mandato, pasados seis años, Germán de Guzmán (1912-1918) accedió de nuevo a la presidencia, siendo junto a Tomás Alonso el único de los 15 máximos dirigentes camerales que lo hizo en dos etapas distintas. En su etapa se incrementó el presupuesto de ingresos y la Cámara pasó a tener unas dependencias propias alquiladas en la calle Menéndez Pelayo -antigua calle de Barrionuevo- y se dejó la sede de la Sociedad Económica de Amigos del País.

Tomás Alonso (1918) tuvo poco tiempo al coincidir su presidencia con el agravamiento de tensiones sociales y económicas. La Cámara tuvo que tomar medidas por la escasez de alimentos y la subida de precios, creciendo las reivindicaciones sindicales.

Al poco tiempo llegó Isidoro de Fuentes (1918-1919) con nueva normativa que obligaba a reformar el reglamento interno y, coincidiendo con ello, se dio una mayor  proyección en la provincia. Así, se ampliaron las delegaciones creadas en las principales localidades y se añadieron las de Alar del Rey, Frómista, Herrera de Pisuerga, Osorno y Paredes de Nava.

En un nuevo y corto mandato más se incorporó Melecio Tejedor (1920-1921), en el que las tensiones sociales motivadas por la crisis económica se acentuaron con huelgas e incidentes. Las relaciones entre la Cámara y el Gobierno Civil se rompieron al no atender este organismo que se prohibiera y persiguiera a los autores de una hoja repartida por la ciudad, cuyo contenido fue considerado injurioso por comerciantes e industriales.

Tomás Alonso (1921-1922) retornó a la presidencia y, al igual que su anterior mandato, apenas pemaneneció en el cargo al fallecer poco antes de un año de su regreso, que coincidió con una disposición oficial que venía a regular los plazos de los transportes de mercancías por ferrocarril, lo que perjudicó al tránsito en este sector, a los aranceles y al cojunto de ña economía nacional.

MANDATOS MÁS LARGOS. El mandato de José Rivas (1922-1931) ya fue más largo y en él se propuso que el trazado ferroviario de la ciudad se desviara desde el paso a nivel del Camino de la Miranda hasta pasado el Camino de Pan y Guindas para permitir el normal desarrollo de la ciudad al otro lado de las vías. Además, se cambio la sede  a un inmueble alquilado de la calle Mayor 19 y 21,  desde julio de 1927 hasta 1931,  para trasladarse  luego al patio de Castaño. 

Luis Calderón (1931-1962) hasta que falleció protagonizo el mandato más prologado de la historia cameral palentina con 31 años, conociendo momentos tan difíciles como la II República, la Guerra Civil y gran parte del régimen franquista. Con el conflicto bélico se aprovechó para intentar en 1936 el traslado de centros de estudios como la Escuela Especial de Ingenieros Agrónomos y se materializó el viejo anhelo de recuperar la Escuela de Comercio. Tras varios intentos de adquirir una sede propia, en 1959 se tomó el acuerdo de comprar la edificación situada en el número 2 de la avenida de República de Argentina, emplazamiento actual junto a la plaza de Pío XII en un edificio de nueva planta terminado en 1988.

José Alonso (1962-1968) creó como nuevos servicios para los socios una asesoría jurídica y otra tributaria, además de tratar de dar a conocer la realidad del comercio y la industria palentinos en unos momentos de gran crisis económica, para buscar soluciones al bajo nivel de la renta económica provincial.

Severiano de Hoyos (1969-1979) vio con preocupación que no surgieran nuevas industrias en el polígono y que en 1971 llegara el cierre de minas en Barruelo. En lo positivo surgió la decisión de FASA-Renault en 1973 de crear en Palencia una nueva factoría, haciendo prever otras industrias que vendrían a establecerse. Ese mismo año se fundaron los premios que se conceden en forma de medallas de oro, plata y bronce a comerciantes e industriales.

Otro presidente con mandato prolongado fue Juan José Cot (1979-1997). En este tiempo la Cámara no dejó de reivindicar infraestructuras urbanas y se solicitó al Ministerio de Transportes un estudio sobre los problemas de la división de la ciudad por el ferrocarril, pidiendo la supresión de algunos pasos a nivel existentes en carreteras de acceso a la ciudad. En estos años se desarrolló una variada programación de cursos formativos y en el intervalo de 1984 a 1988, mientras duraban las obras de un nuevo edificio en la avenida de República Argentina 2, las dependencias y servicios se trasladaron a la segunda planta de del número 11 de la calle Mayor, entonces sede de Caja Duero.

Tras fallecer Juan José Cot tomó el relevo Vicente Villagrá (1997-2018)  tras ostentar la vicepresidencia. Su llegada coincidió con el centenario de la Cámara, período en el que acrecentaron las acciones para defender los intereses mercantiles e industriales, y las competencias consultivas, colaborando en  los foros de debate sobre el futuro de la capital y provincia. El diseño y el calendario de infraestructuras, carreteras, autovías, tren de alta velocidad, solución integral a la división de la ciudad por el ferrocarril, impulso del turismo, desarrollo de los polígonos y modernización del comercio adaptado a la llegada del euro fueron las principales premisas.