Fuentes de Valdepero echó la mirada atrás para rendir un cálido y merecido homenaje a Sagrario Sevilla, una maestra de la localidad que dejó huella en las niñas de hace más de 60 años. Precisamente dos de sus antiguas alumnas, Paula y Eloísa García, fueron las que encabezaron ayer el coro que interpretó en su honor Tu me enseñaste a volar, «una canción que se cantaba a aquellos docentes que se jubilaban», según explicó la concejala de Cultura del municipio del alfoz, Jenifer de Celis. 

Este reconocimiento, que se celebró en presencia del alcalde, Gonzalo de Celis; la diputada de AcciónCultural, Patricia Pérez; y la jefa de Programas Educativos de la Delegación Provincial de Educación, Pilar Alonso, se desarrolló en el centro cultural Teófilo Calzada, que se ha transformado este verano en una clase de mediados del siglo pasado. Para ello, cogieron prestados los pupitres, la pizarra, los tinteros, los mapas y hasta la Enciclopedia Álvarez del aula recreado en el colegio Modesto Lafuente de la capital y los trasladaron hasta Fuentes de Valdepero. Además, buscaron algunos complementos más en el colegio Honorato del Val de Monzón de Campos y recibieron otros materiales que conservan los vecinos.«Por desgracia, de los colegios de aquí no queda nada, solo las fotos que hemos puesto en un pasillo», lamentó Jenifer de Celis antes de recordar que hubo hasta cuatro centros en el municipios. 

La jornada, claramente nostálgica, incluyó la proyección de un vídeo sobre la escuela de antaño y un fragmento de una película que recordaba cómo era la educación en aquellos años.Además, la maestra invitada, que recibió un pequeño regalo del Ayuntamiento, volvió a ejercer de nuevo para recordar aquellos objetos y muebles que desaparecieron de las aulas para dar paso a los proyectores, las pantallas y los televisores. De la mano de la también maestra Faustina de Lucas, que hizó de presentadora, Sevilla, originaria de Fuentes de Valdepero, rememoró algunas anécdotas que vivió durante su etapa laboral. Tiene 96 años, pero guarda en su mente cómo era la educación en el pasado y los cambios -no todos positivos, recalcó- que se han ido produciendo con el paso de los años.

El aula recreada está a la vista de los curiosos en el Teófilo Calzada durante todos los miércoles, de 19 a 21 horas hasta el 1 de septiembre, cuando volverá a la capital. No obstante, aquellos grupos que no puedan acercarse en esas horas tienen la opción de concertar una visita contactando con el centro cultural. Las explicaciones correrán a cargo de vecinos y de antiguos profesores que se irán turnando. Entre todos, introducirán a los visitantes en un espacio donde se han cuidado todos los detalles. No falta de nada, desde el estrado para que la maestra impartirá las lecciones a la esfera armilar y la estufa que calentaba la estancia durante los duros inviernos castellanos. Además, hay muchos libros -algunos de ellos clásicos que no mueren, como El Quijote-, ábacos, pesas y medidas, puzles y antiguas huchas del Domund.