Una veintena de integrantes de la Asociación Provincial de Autoescuelas -que representa al 90% del sector en la capital y provincia- se manifestó ayer con sus vehículos por la ciudad. El colectivo reclamó más diálogo para plantear los nuevos problemas a la Jefatura Provincial de Tráfico y personal suficiente. «Nos quejamos sobre todo de examinadores, ya que solo hay uno más el coordinador, que es con el que tenemos los problemas. Se contó con un examinador itinerante hasta hace muy poco y ya no está, cuando lo que se necesita es uno fijo a mayores. También hay escasez de personal en otras áreas y todo repercute en nuestro trabajo diario», señaló ayer Enrique Centeno, abogado de la asociación de profesionales del sector.

La protesta incluyó una concentración de vehículos de las autoescuelas en el aparcamiento del estadio Nueva Balastera para continuar con un recorrido urbano por la avenida de Cataluña, pasarela de Cardenal Cisneros, Huerta de Guadián y avenidas Manuel Rivera y Casado del Alisal, hasta llegar a la Subdelegación del Gobierno, donde se exhibieron pancartas.

«Nos informan desde la DGT en Madrid que a las jefaturas se le dan instrucciones que regulan cómo se tienen que llevar a cabo las pruebas de conducción, qué elementos se valoran y cómo se va a calificar a los alumnos y eso no se nos comunica. También se obliga a que haya reuniones con las asociaciones más representativas para limar asperezas y aquí no ha habido ninguna», agregó.

Las autoescuelas, tras las anteriores protesta tuvieron contactos con la Jefatura Provincial de Tráfico, pero «la respuesta ha sido nula y la dejadez total a la hora de resolver nuestras reclamaciones y reivindicaciones, con una falta de respeto que se sigue manteniendo en el día a día», aseveró Centeno.

El representante de las autoescuelas señaló que no se puede sacar adelante el trabajo al subir la cifra de alumnos en verano. «Se demandan unas 900 pruebas prácticas semanales y solo cubrimos 100. Se nos dice que no cubrimos los cupos de exámenes en abril, pero es que entonces no hay demanda. Es como si este sector tuviera un chiringuito de playa y nos dieran la licencia en verano. Cuando hay afluencia de alumnos es cuando faltan examinadores», concluyó.