Vacaciones en el epicentro del caos callejero en París

Rubén Abad
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Los disturbios en la capital gala han cogido por sorpresa a una palentina que disfrutaba con su familia de una escapada a la nación vecina. En Disney la normalidad es la nota predominante

Vacaciones en el epicentro del caos callejero en París

La reserva del alojamiento, los pasajes, el equipaje y la adquisición con antelación de las entradas a los monumentos más demandados son algunas de las preocupaciones de cualquier turista antes de emprender un viaje, sobre todo si su destino se encuentra fuera de las fronteras nacionales. Sin embargo, a nadie se le pasa por la cabeza que las vacaciones puedan truncarse de la noche a la mañana por unas violentas revueltas callejeras impropias del corazón de Europa.

Esto es precisamente lo que lleva días ocurriendo en París, destino vacacional durante todo el año de cientos de miles de españoles. Allí se encuentra estos días Nerea, una joven palentina afincada en la ciudad de Bilbao a la que los recientes disturbios sufridos a lo largo de los últimos días en la capital gala le han cogido por sorpresa (no los ha visto de cerca, porque declinó hospedarse en París en cuanto estos comenzaron a producirse) y han truncado sus vacaciones en familia junto a su marido y sus dos hijos. No del todo, pero sí en gran parte.

Desde finales de la pasada semana debería haber disfrutado de unos días de asueto en la capital de Francia visitando los principales atractivos de la ciudad de la luz como la Torre Eiffel, Notre Dame, el Arco del Triunfo o el Museo del Louvre. Sin embargo, se vio en la obligación de desviarse unos cuantos kilómetros en busca de un lugar más tranquilo hasta que la situación se calme. «Nuestra intención era recorrer la ciudad unos días antes de visitar Disneyland, pero hemos ido cambiando los planes sobre la marcha. No nos hemos despegado del móvil ni un solo momento, siempre pendientes de las noticias que se iban sucediendo», afirma en una conversación telefónica con Diario Palentino desde la nación gala.

En el parque de atracciones, al que accedieron ayer, la vida continúa con aparente normalidad. Pese a la cercanía con París, ciudad de la que dista tan solo poco más de media hora de viaje (unos treinta minutos), allí Mickey, Minnie, Pluto, Donald, Cenicienta La Bella Durmiente y el resto de personajes de la factoría Disney campan a sus anchas para disfrute de los turistas e ilusión de los más pequeños de la casa. Los altercados son ajenos al mundo de fantasía del recinto, y apenas se habla de ello. El único síntoma de que algo está pasando no muy lejos de allí es la hora del cierre, que en días pasados se adelantó a las nueve de la noche cuando lo normal es que los espectáculos se prolonguen hasta las 23 horas.

RECURSOS SIN TURISTAS

Lo que más les ha llamado la atención a Nerea y su marido Jesús es comprobar cómo los principales recursos de la urbe parisina se quedan huérfanos de turistas a marchas agigantadas estos días. Como ejemplo, la pasada semana las entradas en venta anticipada para la Torre Eiffel estaban agotadas, y solo se podían adquirir presencialemente en taquilla, corriendo el riesgo de que el cupo diario se hubiera cumplido ya. Sin embargo, «ahora hay sitio para todos, sobran las entradas para visitarla», comentan.

Por lo demás, ellos también contaban con reservas para un pequeño crucero por el río Sena que, tras mucho meditar, finalmente cancelaron. «Ya lo haremos más adelante, París no está tan lejos», se consuelan mutuamente. Que prolonguen su estancia en el país vecino o que anticipen su regreso a España dependerá de la evolución del conflicto callejero. Y es que, como afirma el matrimonio para tranquilidad de sus familias, «según vemos las noticias parece que la situación se está calmando poco a poco, aunque todavía no nos fiamos del todo».

Por el momento, Nerea, Jesús y el resto de la familia continúan en Francia a la espera de la evolución de los  acontecimientos en los próximos días. Desde allí conocieron en la noche del domingo la noticia de que la abuela de Nahel Merzouk, el adolescente asesinado por un policía el pasado martes en el suburbio parisino de Nanterre y origen del conflicto callejero, hizo un llamado a la calma mientras Francia enfrentaba la sexta noche consecutiva de disturbios. La Mona Lisa y los Campos Elíseos pueden esperar, lo importante es estar a salvo y alejados de cualquier contratiempo y disfrutar de la experiencia.