El baile del 8

Fernando Pastor
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El aguijón tiene un compuesto químico con aplicaciones medicinales como analgésico

El baile del 8

Cada colmena cuenta con una reina, varios miles de zánganos y decenas de miles de obreras. La reina es la madre de todas las demás, ya que es la única que pone los huevos de los que nacen todas.

Las funciones de cada abeja está claramente establecida, en aras a la supervivencia de la colmena. 

El baile del 8El baile del 8La reina tiene como única función la reproducción. Alcanza la madurez sexual con tan solo 4 ó 5 días de vida, momento en el que sale de la colmena, se aleja varios kilómetros para juntarse con las reinas de otras colmenas e iniciar vuelos acrobáticos y verticales para llamar la atención de los zánganos del entorno, que las fecundan en el propio vuelo. El irse lejos es para evitar la consanguinidad que supondría ser fecundadas por los zánganos de su propia colmena, que son sus hermanos. Tras ser fecundada por unos 15 zánganos regresa a su colmena, de la que no vuelve a salir en su vida (entre 3 y 4 años), durante la que dosifican la puesta diaria miles de huevos. 

Los zánganos tienen como misión principal fecundar a las reinas de otras colmenas. Antes de hacerlo, colaboran también llevando agua a la colmena. Viven entre 3 o 4 meses, pero mueren al aparearse, ya que su aparato genital se desprende.

Las obreras son abejas infértiles, cuya vida ronda el mes o mes y medio. Se subdividen según sus funciones: nodrizas (encargadas de alimentar a las larvas que van naciendo de los huevos), limpiadoras (mantienen limpia la colmena), cereras (construyen los panales de cera), pecoreadoras (salen en busca de néctar, polen propolio y agua), almacenadoras (colocan en los paneles los alimentos que aportan las pecoreadoras), guardianas (procuran que no entren por la piquera ni avispas ni abejas de otras colmenas) o ventiladoras (generan una corriente de aire para deshidratar el néctar).

Lo que provoca que una abeja sea reina y no obrera es la jalea real (producida por las nodrizas y compuesta de agua, proteínas, azúcar, vitamina C, minerales y enzimas). Todas las larvas se alimentan de jalea real durante 3 días, pero si las obreras deciden que hay que sustituir a la reina (por haber muerto, por estar muy débil y disminuir sus feromonas y con ello la calidad de sus puestas, o por abandonar la colmena), seleccionan una larva a la que suministrar jalea real durante más días y con mayor concentración de azúcar, para que desarrolle un sistema reproductivo que la convierta en reina, mientras el resto se alimentará de miel y de pan de abeja. Si seleccionan varias larvas, la primera que surja picará y matará a las siguientes porque solamente una puede ser reina. 

A su vez, si la reina antigua está débil pero no muerta, la matarán las obreras.

La abeja destinada a ser reina vive en la celda real, un poco más grande que el resto, porque su cuerpo es mayor que el de las obreras, y con más atenciones de las nodrizas y más calor.

El posible abandono de la colmena por parte de la reina se denomina enjambrazón. Se produce cuando una colmena está superpoblada y la reina la abandona seguida de aproximadamente la mitad de las obreras para crear otra colmena nueva. Es como una reproducción de colmenas, no de individuos, y pueden impulsarla las propias obreras creando una nueva reina, obligando así a la antigua a marcharse junto a otras muchas obreras para crear la nueva colmena. 

Las pecoreadoras, cuando encuentran un alimento de calidad, regresan a la colmena a avisar a las demás mediante lo que se denomina la danza del 8, un baile que informa del alimento encontrado y su localización. Mueven el abdomen y danzan dibujando en el aire una especie de 8. La intensidad del movimiento indica la cantidad de comida que hay, y las coordenadas de su localización la indican con el ángulo que forma la dirección del baile con la vertical del panal: el ángulo es más o menos abierto según hagan el 8 más vertical o más inclinado, y es el mismo ángulo que hay entre la colmena, el sol y la fuente de alimento. Así queda informada la dirección, la latitud y la distancia, y las abejas acuden ya sabiendo lo que hay y dónde: si en la colmena se necesita polen, van al lugar que saben que hay polen; si necesitan néctar, lo mismo.

Este comportamiento tan fascinante dentro del mundo animal fue estudiado por el biólogo austriaco Karl von Frisch, lo que le valió el premio Nobel de medicina en 1973, y posteriormente otros científicos de la Universidad Libre de Berlín han intentado comunicarse con las abejas mediante un robot que reproducía la danza del 8.

ENFERMEDADES, DEPREDADORES Y APITERAPIA.

El trabajo de los apicultores cerrateños es enorme, equiparable a cualquier ganadero. Han de mantener limpias las colmenas para evitar enfermedades, desinfectar, mantener en buen estado los cajones, segar los colmenares para que no les invadan las ortigas, recolectar la producción, etc. 

Los apicultores que cuenten con un número elevado de colmenas son considerados como explotación empresarial, con sus obligaciones de control veterinario y de llevanza de un libro registro de sus colmenas con altas y bajas, de los tratamientos llevados a cabo, así como de la producción obtenida, de la alimentación complementaria, etc. 

A su vez, tienen la obligación de hacer tratamientos periódicos contra la verroa. Se trata de un ácaro que chupa la hemolinfa de las abejas, que es el equivalente a la sangre humana, debilitándolas y haciéndolas así vulnerables ante cualquier virus.

Otras enfermedades de las abejas son el loque (bacteria contagiosa que afecta a las larvas y las descompone, por lo que necesitan mucha limpieza y desinfección) y el pollo escayolado, un hongo que las momifica.

Además de las enfermedades, otro peligro para las abejas son los depredadores. Los abejarucos cada vez que pasan volando cerca de una colmena comen abejas, y provocan que el resto, por miedo, se metan en la colmena y no salgan.

Los tejones son otros depredadores. Se frotan contra las colmenas para rascarse y las vuelcan, o abren la tapa de la colmena para comer el alimento que hay en su interior.

También las abejas pican a las personas cuando se sienten amenazadas, pero puede ser un arma de doble filo: puede resultar molesto, simplemente; puede causar la muerte si quien sufre la picadura es alérgica…, o por el contrario puede causar inmunización e incluso efectos positivos ya que el aguijón de las abejas es un compuesto químico con aplicaciones medicinales como analgésico. Por ello muchos apicultores provocan ser picados, estando preparados para en pocos segundos sacarse el aguijón. Es lo que se llama apiterapia.