Javier San Segundo

Ajo, guindilla... y limón

Javier San Segundo


Catas y patrimonio (II)

29/07/2023

Si me permiten, me permito la licencia de parafrasear un poquito de algo ya escrito porque en esta lid los caracteres me dan tregua, la iniciativa lo merece y la ocasión la pintan calva.
Catar productos supone una importante herramienta de aprendizaje instantáneo y/o de elección certera por comparación in situ. Despierta ávidamente el interés como temática de conversación y agudiza la percepción sensorial.
Si, además, lo arrimamos al producto del terruño, anima al consumo de lo propio y a su prescripción, y procura, a mayores, un sentimiento de defensa de lo cercano bien perfumado con ese aroma de orgullo patrimonial adquirido en forma de cruzada territorial, y que, sin llegar a las armas, convierte una simple conversación, en el ámbito propio o a miles de kilómetros, en óptima campaña publicitaria boca-oreja que se multiplica tantas veces como individuos alzan la voz.
Porque cuando visitamos a los vecinos vascuences lo que presta es acompañar sus ambrosías con un chacolí. Y, en Asturias, que no falte sidra, como el fino en Cádiz.
El ciclo de catas maridadas iniciado por la Diputación de Palencia en su segunda edición y ante el éxito de la primera, que agotó tickets en tiempo récord, con su marca de calidad Alimentos de Palencia como estandarte, en colaboración con ADRI Cerrato Palentino, y que tengo el honor de impartir, persigue esa finalidad, que conozcamos y seamos publicistas. Y con este formato tan atractivo, en el patio del Palacio de nuestra preciosa Diputación, trasciende los sabores, de la mano del extraordinario cocinero Víctor Carranza, y lo eleva al concepto de experiencia, totalmente proclive al disfrute de los visitantes y a la divulgación de nuestras amplísimas bondades cada cual en su parroquia.
Hablar de enoturismo en Palencia se tornaba impensable antaño y, hogaño, podemos presumir de que lo hacemos en mayúsculas. 
Porque el vino conforma un hilo conductor patrimonial, natural y gastronómico a la altura de la importancia histórica que tuvo nuestro Cerrato Palentino.
Y porque los Alimentos de Palencia son más que reconocidos por su excelsa calidad y obran como escuderos de excepción de nuestro impresionante patrimonio, digno de ser turisteado de cabo a rabo.
Objetivo, los confines del mundo. Vengan.