Marta María Ausín Sáez nació el 27 de noviembre de 1958 en la capital palentina. Guarda buenos recuerdos de la infancia en las Casas de la Banca, donde vivía. Allí jugaba con los hijos de otros empleados del sector, un poco a la sombra de su hermana mayor. «Yo era muy tímida y a menudo iba detrás de ella porque así me sentía más segura», rememora. Aquella memoria de juegos en la calle y de veranos pasados en la finca de San Román con sus primos, incluye también el tiempo escolar -Blas Sierra, las monjas de San Bernabé y los institutos Jorge Manrique y Alonso Berruguete-.  

«Era buena estudiante, aunque siempre me tocó estar en la cola porque iba cerrando un sistema educativo, el del antiguo bachillerato, al tiempo que se iba abriendo el nuevo de la EGB y el BUP, y había que aprobarlo todo para no tener que repetir nada», explica.

Ella fue por ciencias, aunque no tenía una vocación definida sobre su futuro profesional. «Lo único que tenía claro es que quería estudiar. La banca nunca me llamó la atención y, en un momento dado, me tentó la medicina, pero a mi padre no le seducía la idea de que me fuera de Palencia a hacer una carrera. Le propuse como alternativa enfermería, que se impartía aquí, pero también me disuadió, diciendo que San Telmo estaba muy lejos de casa y que iba a tener  que hacer guardias que se traducirían en malos horarios», añade.

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