Aula en el espacio en Palencia

Rubén Abad
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Alumnos del instituto de Saldaña representan a la provincia en la fase autonómica de CanSat, con el lanzamiento de un satélite en un cohete

Aula en el espacio en Palencia

Disponer de tu propio satélite, lanzarlo al espacio dentro de un cohete y analizar los datos científicos obtenidos es una oportunidad solo al alcance de unos pocos. Entre esos privilegios se encuentran los chavales procedentes de una docena de centros educativos de toda la comunidad que se citaron el jueves en el aeródromo de Herrera de Pisuerga en el marco de la fase autonómica de CanSat, un proyecto de innovación educativa que apoya promueve la Agencia Espacial Europea (ESA) que simula un satélite real integrado dentro del volumen y la forma de una lata.

El desafío para el alumnado consiste en introducir en un espacio reducido los principales subsistemas de un satélite de verdad, como alimentación eléctrica, sensores y un sistema de comunicaciones. A continuación, el CanSat se lanza a una altitud aproximada de un kilómetro, y es entonces cuando comienza su misión, la cual consistirá en la ejecución de un experimento científico, lograr un aterrizaje sin daños y el análisis de los datos recopilados durante el descenso.

El instituto Condes de Saldaña representó a la provincia de este concurso-exhibición en el que el IES Maestro Haedo de Zamora se alzó con el título de mejor proyecto de Castilla y León y, con ello, la pase a la final nacional. En el caso de los saldañeses, estos equiparon a su satélite de telemetría avanzada con sensores de temperatura y humedad, un GPS para conocer el recorrido y posicionamiento exacto, un led que enviaba una señal de SOS en lenguaje morse y la reproducción en bucle de la BSO de Star Wars para facilitar su hallazgo. Ademas, dotaron al aparato de sensores de la temperatura del aire y la presión atmosférica (obligatorios).

Este es el resultado de horas lectivas, varios recreos y alguna que otra tarde volcados en este proyecto para alumnos de tercero y cuarto de ESO y los dos cursos de Bachillerato (ellos fueron quienes concursaron) que lidera el profesor de Tecnología Carlos Pérez y en el que también se han involucrado de lleno sus compañeros de Física y Biología. 

Y es que desde el centro están comprometidos con la formación práctica, que se ha demostrado imprescindible en asignaturas de ciencias, en las que los alumnos tienen la oportunidad de demostrar sus habilidades más allá de los conceptos que aparecen en los libros.

«Es un proyecto que engloba muchos ámbitos, desde la impresión 3D de la carcasa, el montaje, la electrónica, diseñar el paracaídas y equiparlo de una batería de, al menos, cuatro horas de duración. Todo ello en el espacio de una lata», explica Pérez.