Cuando los versos pasan de la pantalla al papel

Pablo Torres
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Montserrat Serrano presentó el pasado 7 de marzo, en la Librería del Burgo, su primer poemario, 'Despertar'. Hasta la fecha, sus trabajos solo habían sido publicados en sus redes sociales

Javier Blanco (izquierda), Montserrat Serrano (centro) y Mariví Tayalero (derecha), en la presentación del poemario ‘Despertar’ en la Librería del Burgo. - Foto: DP

Montserrat Serrano ha mantenido durante años en la privacidad sus trabajos de poesía. Hasta hace apenas un mes, sus textos solo podían leerse a través de una pantalla, en sus perfiles de redes sociales. No obstante, la vida quiso que esos trabajos salieran a la luz y, de la mano de la editorial Brisa del Sur, la autora ha publicado recientemente su primer poemario, Despertar.

Esta obra es una recopilación de 43 poemas que Serrano, natural de Castilla La Mancha y palentina de adopción, presentó a un certamen de poesía hace años. «La editorial contactó conmigo a través de Instagram. Al principio, era un poco reacia a la idea de publicarlo, pero como lo había presentado ya a un concurso y lo tenía registrado, se lo envié», relata la autora a Diario Palentino.

Despertar recopila más de 40 poemas independientes, pero con «el camino de la vida» como hilo conductor. Bajo esta consigna, los textos de Serrano hacen un recorrido por el pasado, el presente y el futuro, recogiendo sus «reflexiones». «Me inspiro en la controversia. Tengo un diálogo interno muy activo. Escribo a modo de reflexión, para acomodar a mi medida lo que vivo y me genera malas sensaciones», detalla la autora, a la vez que se define a sí misma como «una persona muy dual». «Soy soñadora e idealista, pero también realista y pragmática», concreta.

El título Despertar es también una metáfora de lo que representó para Serrano dar el paso a publicar sus poemas, algo que «no hubiera hecho por iniciativa propia». «Despertar es atreverme a caminar, un paso a la acción. Todo este tiempo me he mantenido muy pasiva, guardando mis trabajos para mí. Era un espacio muy personal y no quería compartirlo con nadie», asegura. «Los versos estaban aletargados y ahora han pasado a tener vida», añade. 

Su pasión por la escritura es algo que Serrano ha mantenido en secreto durante años, sin ni siquiera contárselo a su familia.  «Puedo decir que la poesía me ha llevado de la mano a la hora de ir creciendo», enfatiza, y, a renglón seguido, asegura que también le ha impulsado a la hora de abrirse las redes sociales. «Cuando decido hablar con mi familia sobre este tema es por una anécdota. Mi abuelo paterno, que falleció a una edad temprana, también escribía, aunque yo no lo sabía. Un día, subí arriba de su casa para coger unos cuadernos. En ellos aparecía el nombre de mi abuelo y llevaban por título Reflexiones y otras gilipolleces, que es justo sobre lo que yo escribía en esa época. A partir de ahí, comencé a compartir mi afición», manifiesta la autora. 

El hecho de que su gusto por escribir se materializara en poemas tiene que ver con su propia personalidad. «Soy una persona de flashes, de momentos, por eso me decanté por la poesía», afirma. «He escrito siempre, pero no este modelo. He ido viviendo una evolución», recalca. 

Ese cambio ha llevado a Serrano a pasar de mantenerse en el anonimato de las redes sociales ha hacer dos presentaciones de su poemario (una en su pueblo natal y otra en la Librería del Burgo de la capital, esta última el pasado 7 de marzo). En la que tuvo lugar en Palencia participaron el locutor jubilado de Radio Nacional Española (RNE) Javier Blanco, y la profesora jubilada de la escuela de idiomas, Mariví Tayalero. 

SIN MIEDO A COMPARTIR. El caso de Montserrat Serrano es un buen ejemplo de la importancia que tiene compartir el trabajo. No obstante, publicar los versos en las redes sociales tiene también su parte «negativa». «Normalmente, las obras que se comparten enInternet no suelen estar registradas y el plagio puede suceder. En mi caso, sí las registré», reconoce. 

Gracias a esa visibilidad de las redes, la editorial Brisa del Sur tuvo constancia de la pluma de esta palentina de adopción y, actualmente, la reopilación de sus 43 poemas está en formato físico al alcance de los lectores. 

«Quiero que la gente que lo lea se deje llevar. No intento dirigir a nadie, pues la poesía establece una conexión con uno mismo», concluye la autora.