Es una obviedad que elZunder Palencia no está en su versión prime (como ahora se dice), pero también que saca sus partidos adelante, con mayor o menor brillantez, y que mantiene ese impresionante mano a mano con el todopoderoso Andorra, que también hizo los deberes y sacó adelante su partido casero ante el decano de la Leb Oro, el Melilla. 

No es una frase hecha, es una realidad. A estas alturas de la temporada, los equipos de la zona de bajo aprietan y cada triunfo de los grandes tiene su peso en oro.No hay más que ver los resultados, algunos sorprendentes, de la última jornada. Ourense, el rival de ayer, ni tiene opción de play-off, ni está apremiado por el descenso (aunque aprieten desde abajo). Llegaba, además, con muchas bajas y los justos para afrontar un partido de este nivel. Pero con el orgullo de un buen equipo y la ilusión de dar una buena imagen y ganar en uno de los campos que más aprieta de la categoría.

También Zunder acumula cansancio.Lógicamente, no se va a airear, pero las pilas empiezan a descargarse en algunos jugadores, a los que hay que cuidar con mimo y más en este momento crucial de la temporada y siendo además un equipo muy físico. Las semanas con doble partido son matadoras, para el cuadro palentino y para todos. Este calendario está hecho con los pies.

Zunder mantiene el mano a mano con el Andorra - Foto: Sara MuniosgurenTras un primer cuarto de equilibrio, con ligeras ventajas locales, el Zunder Palencia se desmelenó en el segundo, tomando una diferencia que en el marcador que parecía ya inalcanzable para el cuadro gallego. Cinco minutos eléctricos del Zunder valen por todo un partido. Su defensa fue impecable ante un Ourense que se desesperaba y que parecía irse del partido.

Bien por esa hasta lógica relajación, por el descanso del guerrero, bien por la sorpresa de la zona visitante, el encuentro dio un giro inesperado en el tercer cuarto. El caso es que los de Pedro Rivero tuvieron muchos tiros liberados, pero no acertaron desde el perímetro en estos diez malos minutos de juego. Y no será por carecer de buenos tiradores. El caso es que se le atragantó la defensa zonal gallega y elOurense se metió de nuevo en el partido. Algo peligroso cuando un equipo va de menos a más, no tiene nada que perder,  y sabe jugar con la ansiedad del rival, más necesitado del triunfo, como era el Zunder.

CHUMI. Así que los últimos diez minutos se afrontaron con cierta incertidumbre y más cuando la primera canasta de este periodo fue visitante. Esta película ya la ha vivido el Zunder en muchos partidos. Y en casi todos ha salido indemne. En los momentos decisivos, en los que una buena defensa, una canasta ganadora, un robo de balón, marca el devenir de un partido igualado. Zunder se puso las pilas, nunca mejor dicho, en el momento más delicado, en el que parecía que todo se iba a decidir en el cara o cruz. Pero evitó emociones finales el de siempre, el marine Chumi Ortega, el capitán de la nave. Un robo de balón, gracias a una defensa intensa, una canasta providencial y un marcador ya un poco más holgado que el cuadro morado supo administrar hasta el final. Cuando el equipo se aplica, cuando el resto acompaña al marine en este grado de intensidad, todo es más sencillo. Costó, incluso más de lo esperado, ante un Ourense que  dio una enorme imagen y más con las circunstancias adversas que arrastraba.

Restan seis partidos para acabar la liga regular, se mantiene el mano a mano por el título y el ascenso directo. Andorra con un triunfo más y Zunder con el average ganado. Una gran parte de la suerte final se decide este fin de semana en pocos kilómetros. El sábado, en el pabellón Pisuerga, donde ningún foráneo ha ganado, se juega el Real Valladolid-Andorra y en el Coliséum el derbi regional Burgos-Zunder, con cientos de palentinos, seguro, en las gradas.