La reforma laboral que entró en vigor de forma efectiva en abril del año pasado sigue impactando en la estructura del mercado laboral rebajando la temporalidad y corrigiendo poco a poco la dualidad que sufría tanto en Castilla y León como en el resto de España. El Ministerio de Trabajo y Economía Social revela que los trabajadores temporales siguen bajando, tras la eliminación del contrato por obra y servicio, y sigue al alza la apuesta por el contrato fijo discontinuo. No en vano, a septiembre de este año, había en Castilla y León, 36.250 trabajadores bajo esta modalidad, lo que supone un aumento del 10,4 por ciento respecto al dato del mismo mes de 2022, es decir, el colectivo ha ganado 3.406 efectivos.
Las cifras del departamento que dirige en funciones Yolanda Díaz, recogidas por Ical, evidencian un buen comportamiento de los datos de empleo en los 12 meses de estudio, ya que en el noveno mes del año, se contabilizaban en la Comunidad, 703.986 asalariados, con un aumento del 4,1 por ciento. Los trabajadores con contrato indefinido sumaron 591.101, un 5,8 por ciento más, y pasaron de representar en 2022 el 82,6 por ciento del total de asalariados, al 84 por ciento en 2023 por las mismas fechas. Por el contrario, los temporales eran a finales de septiembre, 112.885, con una merma del cuatro por ciento, y su peso en el conjunto de empleados pasó del 17,4 al 16 por ciento.
Bajando al detalle, cabe destacar asimismo, que los trabajadores a tiempo completo se elevaron un 4,1 por ciento, y mantuvieron su peso en el 74,5 por ciento del total; mientras que los fijos discontinuos elevaron su proporción sobre el global desde el 4,9 al 5,1 por ciento. Sin embargo, los asalariados a tiempo parcial, aunque subieron un 2,6 por ciento, hasta 143.162, redujeron su peso del 20,6 al 20,3 por ciento.
Solo baja el agrario
El informe pone de manifiesto también que el empleo asalariado se elevó en septiembre, respecto a 2022, en todos los sectores, excepto en el agrario, donde mermó un 3,1 por ciento, con 30.443 puestos, dentro de una nefasta campaña marcada por la sequía y los elevados costes de producción. En el extremo opuesto, los asalariados se elevaron en la construcción de forma importante, un 8,7 por ciento, hasta los 44.880; y también avanzaron un 4,8 por ciento en los servicios, con 492.274 al cierre de septiembre. Evolución positiva también tuvo el empleo en la industria, con un aumento del dos por ciento, hasta los 136.389.
Por provincias, el número de asalariados se incrementó en septiembre en todos los territorios, en Salamanca (90.885), un 4,8 por ciento; en Palencia (47.833), un 4,7 por ciento; en Burgos (119.399), un 4,5 por ciento; y en Zamora (39.417), un 4,3 por ciento, todas por encima de la media autonómica (4,1 por ciento). Por debajo del porcentaje de crecimiento para Castilla y León, se situaron León (117.351), un cuatro por ciento; Segovia (47.223), un 3,8 por ciento; Valladolid (173.444), un 3,7 por ciento; Soria (30.596), un 3,5 por ciento; y Ávila (37.838), un 3,3 por ciento.
Tejido productivo
El Ministerio de Trabajo y Economía Social también ofrece una fotografía del tejido productivo, con un análisis del número de empresas cotizantes a la Seguridad Social, que refleja un cierto estancamiento económico por las dificultades por la inflación y el encarecimiento del crédito. En concreto, Castilla y León contaba a finales del noveno mes del año con 67.324 empresa cotizantes, que supone un ligero aumento del 0,2 por ciento, lo que supone en cifras absolutas, 143 más que hace un año.
Por sectores, el número de actividades enCastilla y León menguó en la industria un 0,6 por ciento, hasta las 6.690; y sumó once en los servicios, con 47.137. En el caso del sector agrario crecieron un 1,4 por ciento, con 5.970; y en el caso de la construcción se elevaron un 1,1 por ciento, con 7.527.