El conflicto bélico entre Israel y la organización terrorista Hamás mantiene en vilo al mundo apenas un año después de que estallara la guerra entre Rusia y Ucrania. Precisamente, la invasión ordenada por Vladimir Putin hizo tambalearse las economías occidentales ante la dependencia de la energía y gas ruso y de los cereales y materias primas ucranianas. Un shock financiero y comercial que supuso el principio de la asfixiante escalada que protagonizó la inflación, arrastrando tras de sí combustibles, luz, gas y alimentos. Algo que, por el momento, parece que no ocurrirá en esta ocasión, dado que ni Israel ni la franja de Gaza y Cisjordania son un territorio significativo para el comercio exterior de Castilla y León. Los datos que maneja el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo cifran en menos de 75 millones de euros las relaciones comerciales que la Comunidad mantuvo en 2022 con ambos, principalmente con Israel que acapara 74,3 millones. Cuantía que apenas supones el 0,46 por ciento de los 16.000 millones de euros que Castilla y León exportó en productos y servicios a otros países el pasado año.
Alimentación y semimanufacturas son los principales sectores con los que la Comunidad comercia con Israel y Gaza, con algo más de 20 millones de euros cada uno en 2022. Otros 15 millones provinieron de la automoción, mientras que otros como los bienes de equipo, las materias primas o las manufacturas de consumo tuvieron una presencia insignificante. En cuanto al origen de estas exportaciones, Valladolid, con 24 millones de euros, y Burgos, con 23, son las provincias que más contacto comercial tienen con esta zona de Oriente Medio. Zamora, con catorce millones se sitúa en tercera posición, y en las seis provincias restantes se trata de unas relaciones testimoniales.
Y es que los efectos en la economía española del conflicto entre Israel y el grupo islamista Hamás son a día de hoy «contenidos», aunque es difícil aventurar cuál podría ser el alcance si se produce una escalada de la crisis, según el responsable de análisis económico de BBVA Research, Rafael Doménech. En una cuestión como este conflicto en Oriente Próximo, «ni nosotros ni nadie es capaz de asignar una probabilidad» de escalada o de cierre del estrecho de Ormuz pero sí se pueden analizar indicadores de incertidumbre geopolítica en tiempo real y sus efectos en los mercados y los precios, explicó Doménech recientemente durante la presentación de previsiones económicas de la entidad.
El responsable de BBVA Research sotuvo que, de esos análisis de mercados de materias primas y precios del petróleo y del gas, se desprende que hoy por hoy se ven unos efectos «bastante contenidos» en la evolución de los mercados financieros y de las materias primas y precios del petróleo y, aunque ha habido alguna subida en éstos últimos, ha sido inferior al incremento que hubo antes de estallar el conflicto, por tanto hay una volatilidad contenida, ha explicado.