Una espalda maltrecha -tras ocho años en el sector del transporte urgente y los tres últimos desayunando con un antiinflamatorio- le hicieron cambiar de oficio y emprender un negocio que, como todos, y aún solo con 39 años de edad, tiene un riesgo, eso sí, no exento de grandes dosis de ilusión. «Mi trabajo me encantaba y me veía jubilado en la empresa Seur, pero pudo más la salud», explica a DP Javier Llorente, que abrió el pasado 22 de septiembre, en la céntrica calle de Becerro de Bengoa, Destiny Sneakers, la primera tienda de zapatillas retro básquet en la ciudad con modelos y diseños exclusivos.
Y en este negocio, también la vocación, y sobre todo el apoyo familiar, fueron claves para ponerlo en marcha. «Tenía que cambiar de profesión y en una fábrica iba estar igual que o peor que de repartidor. Así que, como siempre fui un loco de las zapatillas deportivas, con una colección de 60 pares que no fue a más porque en casa me sujetaron, le di mucha vueltas a lo de poner una tienda y me dejé todos los ahorros. Mi mujer me dijo que, de las bobadas que se me habían ocurrido en los últimos 20 años, esta la veía un poco más viable», bromea.
La tienda multimarca, especializado en zapatillas retro básquet, no desdeña un estilo «más casual air force supreme, que los chavales demandan», apunta el empresario. Aterriza con ese sabor pasional y añadido del recién estrenado ascenso a ACB del Zunder Palencia y, ojalá lleguen muchas canastas de tres puntos. «Luego vendrán gorras, camisetas y sudaderas. Preparé el negocio sin pensar en este éxito baloncestístico, pero al final nos puede venir muy bien», asevera.
«Las zapatillas les gustan a chicos y chicas desde los 8 años y el otro día un encanto de señora de 60 años se llevó unas. La cultura sneaker nació en los años 80 y la aceptación y facturación están por encima de lo esperado. Vamos a pelear y, si alguien quiere un modelo específico, se lo buscamos. Lenta on line está abierta en la página www.destinysneakers.com y el modelo más barato cuesta 130 euros y el más caro 1.600. Un 80% del producto que vendo es de importación», concreta.