Maestro eterno

Rubén Abad
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Sentido homenaje a Félix López El Regio

Maestro eterno - Foto: Óscar Navarro

No encontramos mejor forma de reconocer el trabajo y la valía profesional de una persona, sea cual sea su oficio, que un homenaje a su carrera. Y si es en vida y de manos de los compañeros de profesión en señal de respeto y admiración, mucho mejor. 

Eso mismo fue lo que le sucedió  ayer en Campos Góticos al diestro baltanasiego Félix López El Regio en forma de corrida de toros goyesca  con José María Manzanares, Roca Rey y Tomás Rufo. Una terna de altura para una figura que triunfó durante un buen puñado de años en los ruedos de prácticamente todo el país, principalmente los catalanes.

Afición en pie para reconocer en casa, donde los triunfos y los aplausos son aún más reconfortantes, a un buen torero en el año en el que se cumplen 50 de su alternativa. Mañana se cumple medio siglo ya desde aquel 2 de septiembre de 1973 en el antiguo coso capitalino con Manolo Cortés como padrino y Dámaso González de testigo, y su buen torero sigue en la retina de los aficionados palentinos, que le admiran y respetan.

Maestro eterno    Maestro eterno - Foto: Óscar NavarroOvación cerrada, prolongada y merecida para el de Baltanás, que volvió a oír las palmas y los vítores de los tendidos como hiciera en sus años de gloria. Un día, sin duda, muy especial para un maestro eterno, que recibió una placa conmemorativa y el libro El cartel taurino, la sociedad y los toros (1920-1940), de Ángel Sonseca, de manos de la presidenta de la Diputación, Ángeles Armisén, y la diputada de Cultura, Carolina Valbuena.

Fueuno de los momentos más emotivos de la tarde, y a buen seguro lo será también de esta feria plagada de figuras.  Así lo reconocía El Regio, que en declaraciones a DP aseguraba que es una «satisfacción muy grande» que conservará el resto de su vida gracias a esa privilegiada memoria que le hace recordar no solo aquella tarde de estreno en la capital, sino su primera novillada en Zamora y la segunda en Bilbao. «Este homenaje es muy importante, con la gente de tu pueblo, de tu ciudad. Estoy encantado», añadió.

Todo ello en el marco de una plaza que no estrenó por motivos ajenos a su voluntad, pero en la que hizo su primer paseíllo en los sanantolines de 1977. «Son momentos que uno vive muy intensamente y no olvida», concluyó el diestro a sus 75 años, camino ya de los 76 en noviembre.