Las noticias relacionadas con la producción agraria fueron, en líneas generales, negativas a lo largo de los pasados meses y a última hora era prácticamente imposible que cambiaran. Las primeras previsiones de la cosecha no eran buenas y los datos que salieron a la luz en la última Comisión de Estadística que se celebró en el Servicio Territorial de la Junta de Castilla y León lo terminaron de confirmar. La producción de cereales de invierno (trigo, cebada, centeno y triticale) cayó hasta quedar en 658.732 toneladas (493.508 toneladas de secano y 165.224 toneladas de regadío), un 34% menos que el año pasado, cuando se registraron 1.001.556 toneladas de producto.
Todas las comarcas agrarias pierden producción, aunque la peor parte se la lleva el Cerrato, la segunda demarcación más grande de la provincia, con un descenso del 57% al pasar de 243.333 a solo 155.374 toneladas de cereales. En el resto, las caídas oscilaron entre el 42% de Aguilar (9.151 toneladas) y el 31% de Guardo (8.903 toneladas) y de Saldaña-Valdavia (67.550 toneladas). En el Boedo-Ojeda, el descenso fue del 32% al cosecharse solo 47.318 toneladas, mientras que en Tierra de Campos, la zona con mayor superficie de Palencia, decreció un 33% hasta las 365.057 toneladas.
Con estos datos, que vienen a empeorar los de 2022, que también estuvieron afectados por la sequía (la cifra fue un 20% inferior a la del ejercicio anterior), los responsables de las organizaciones profesionales agrarias (opas) no hacen buen balance de la cosecha. El secretario de organización de Unión de Pequeños Agricultores (UPA) de Palencia, Raúl Azpeleta, define como «nefasta» la campaña. De hecho, explica que «más del 80% de los agricultores que tenían seguro por sequía van cobrar unas indemnizaciones porque no han llegado al 70% de la cosecha».
Estos descensos, provocados principalmente por la falta de precipitaciones durante la primavera en la provincia, se agravan por las circunstancias económicas que rodean al sector. Por un lado, el presidente de la AsociaciónAgraria de Jóvenes Agricultores (Asaja), José Luis Marcos, recuerda que la campaña «fue la más cara de la historia por los costes de los insumos al principio, en los meses de octubre y noviembre».En términos similares se expresa el secretario general palentino de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), David Tejerina, que habla de unos gastos «desorbitados». «Ha sido un año para olvidar.Con el seguro y las ayudas del Gobierno y la Junta se ha paliado un poco la situación tan nefasta», añade.
Por otro lado, desde las tres opas también indican que la caída del precio de los cereales no está ayudando a un sector que lamenta la falta de agua de los últimos meses, especialmente durante la época primaveral. Marcos habla de que el trigo se comercializa en estos momentos a 240 euros por tonelada y la cebada a 220 euros por tonelada cuando hace un año llegaron a venderse a cambio de 380 y 350 euros por cada 1.000 kilos, respectivamente. De esta situación también se lamenta Azpeleta, quien comenta que los agricultores «se encuentran el momento más bajo de los precios del cereal». «Hicimos la sementera más cara y estamos en unos precios bajos.Creemos que a partir del próximo mes, cuando ya esté asentada toda la cosecha, tirarán un poco al alza, pero estamos en un mercado globalizado interconectado», asegura.
POR HECTÁREAS. Por último, los rendimientos relativos también fueron más bajos que el año pasado. De media, de cada hectárea palentina se extrajeron 2.577 toneladas de cereales. Tierra de Campos (con 2.715 kg/ha) fue la única comarca por encima del promedio provincial. Las cifras más bajas se registraron enCervera (2.035 kg/ha) y Guardo (2.274 kg/ha).