Puertas abiertas que disfrutan los más jóvenes

César Ceinos
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Los bomberos muestran su parque móvil y los últimos avances tecnológicos y enseñan nociones básicas para actuar ante el fuego

Un grupo de niños escucha las explicaciones de un bombero. - Foto: Óscar Navarro

El parque de bomberos de la capital luce en estas fechas sus mejores galas.Este miércoles se conmemora la festividad del patrono de estos profesionales (y también de los enfermeros), San Juan de Dios, y ayer se celebró una jornada de puertas abiertas que congregó a numerosísimo público. Desde la organización cifraron en miles de personas la afluencia a la calle Guipúzcoa durante toda la mañana.

Los encargados de socorrer a los capitalinos ante incendios y otras emergencias, como accidentes de tráfico o auxilio en viviendas, no dejaron nada oculto. Mostraron todos sus vehículos, entre los que destaca, por antiguedad, un camión apodado La Abuela. Lleva jubilado desde 1960, pero en su historial cuenta con servicios hasta fuera de la provincia. En 1941 intervino en el famoso incendio que asoló Santander. Se trata, por tanto, de una joya que se guarda en buen estado de conservación. Escoltando a este veterano vehículo estaban aparcados en la fachada del parque un Magirus Deutz, que también está ya retirado, y los vehículos en funcionamiento, entre los que se incluyen las autoescalas, el camión forestal y los de mando. Además, hubo espacio para las zodiac que se utilizan en actuaciones acuáticas.

Los visitantes, niños en su gran mayoría, observaron todos los detalles del parque móvil del cuerpo. Incluso se subieron allí donde pudieron, en el control de las autoescalas, en los asientos de los camiones e, incluso, en las barcas. Durante la exhibición no se registraron incidentes de gravedad en la ciudad y los bomberos pudieron dedicarse en cuerpo y alma a los pequeños, que estuvieron con una sonrisa de oreja a oreja durante el tiempo que duró la visita. «Les encanta conocer el material, venir a hacerse fotos y montarse en los vehículos», explicó el sargento  José Ramirez.

Es más, si por ilusión fuera, muchos de los escolares que acudieron a la jornada de puertas abiertas hubieran respondido a la llamada de socorro de haberse producido algún suceso. Hubo niños con casco y, alguno, con el uniforme completo de bombero.  En el futuro, quizá alguno de ellos vuelva al parque a trabajar. Esto no sería una novedad, ya ha ocurrido. «Mi madre me trajo a ver el parque cuando era pequeño y desde entonces siempre quise ser bombero», recordó Ramirez.

Además, a la exposición de vehículos, que incluyó una explicación de los diferentes utensilios que lleva un camión de bomberos, se sumó una demostración de uso de extintores y una exhibición de manejo de un dron, uno de los últimos avances tecnológicos que adquirió el parque palentino. Este aparato, dirigido por control remoto, actuará como apoyo importante en la toma de decisiones en la gestión de siniestros, ya que aporta información de manera clara y rápida. 

Por último, la tarea de los bomberos en una jornada tan especial como la de ayer se completó con la proyección de un vídeo de dibujos animados que explica a los  más vecinos más jóvenes la forma de actuar ante un incendio. «Aprovechamos que los niños vienen al parque para hacer una pequeña labor preventiva para que adquieran nociones básicas en casos de fuego», manifestó el sargento.