El fotógrafo palentino Javier Ayarza expone en el Centro de Artesanía de Castilla y León (Cearcal), en la calle Valle de Arán de Valladolid, La huelle silente, un trabajo basado en el registro documental de los antiguos alfares de la localidad vallisoletana de Portillo. 

Las imágenes reunidas en esta muestra, que puede visitarse hasta el 1 de marzo, corresponden a una serie de talleres que, a pesar de haber cesado su actividad en las dos últimas décadas, mantienen prácticamente inalteradas sus instalaciones, como si en ellas se hubiese detenido el tiempo.

La selección corresponde a una primera fase desarrollada en cinco espacios de evidente interés etnográfico. Este inventario visual del patrimonio material de la artesanía del barro se encuentra en proceso, con el propósito final de ser recopilado en una publicación.

La exposición forma parte del proyecto Re_hacer, impulsado por el colectivo Néxodos -del que forma parte Ayarza-, el Centro de Artesanía de Castilla y León y la Asociación de Alfareros de Portillo. Esta iniciativa, desarrollada en el contexto del Encuentro de Alfareros que celebra anualmente la Diputación de Valladolid, con el apoyo del Ayuntamiento de Portillo y de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Valladolid, plantea desde 2020 la generación de un nuevo ecosistema creativo en el municipio que favorezca la continuidad de su tradición alfarera, actualmente sin relevo generacional. 

Para ello propone, por un lado, la puesta en valor del patrimonio inmaterial que representa, y por otro, articular un diálogo entre creación contemporánea y alfarería que estimule una nueva producción artesanal.

Javier Ayarza (Palencia, 1961) es licenciado en Filosofía y Letras, especialidad de Arqueología, por la Universidad de Valladolid, y profesor de la Facultad de Bellas Artes de Salamanca. Su larga experiencia artística ligada a la fotografía se inicia en los años noventa como miembro del colectivo A Ua Crag. Su práctica, en las coordenadas de la fotografía documental a partir del trabajo de archivo, responde a una constante toma de posición crítica sobre la realidad.

En su narrativa visual tiene especial protagonismo la memoria del territorio como escenario y registro de la historia e interpretación del tiempo presente. Su trayectoria suma tres décadas de actividad expositiva.