"Lo fácil es ser el profe guay, pero la enseñanza es seria"

Carmen Centeno
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Comprensiva y compasiva en su faceta docente, capaz de entender los problemas y de ser flexible, ha defendido sin embargo la lectura, el estudio y el esfuerzo y jamás se ha llevado bien con los vagos.

"Lo fácil es ser el profe guay, pero la enseñanza es seria" - Foto: Sara Muniosguren

Prepara un libro sobre Josefina Aldecoa y las novelistas de posguerra. El anterior, de 2021, fue El valor de la memoria. Apuntes literarios y personales, compuesto en más del noventa por ciento por artículos-semblanzas de autores publicados en Diario Palentino y dedicado a quien fuera redactor jefe del periódico, Gonzalo Ortega Aragón, su «mentor y amigo». También está dedicado a su abuelo Ramón, «por todo». En ese «todo», incluye la hermosa casa del siglo XIX, a seis kilómetros de Coruña, donde pasaba los veranos de su infancia, la felicidad que le proporcionaba la belleza de aquel palacete, que el abuelo compró al volver de Cuba -había emigrado a los 14 años- con bastante dinero, el contacto con los animales, la paz del lugar, los juegos, la lectura, el amor y las enseñanzas dictadas por la edad y la experiencia.

No son sus únicas publicaciones. En 1999 vio la luz su ensayo Sinesio Delgado y el Madrid del 98; un año después el titulado Lorca, un siglo después y en 2004 Victoriano Crémer, poeta del hombre. Su tesis Don Pedro Fernández de Pulgar y su obra americanista: Una aportación  al estudio de la lengua en el siglo XVII se publicó en 2017. Animada por el catedrático de Latín, Millán Bravo, había hecho en su momento la tesina sobre el romanticismo y tiempo después, con la vista puesta en un hipotético salto a la docencia universitaria, preparó la tesis. «Fueron ocho años muy duros, en los que tuve que sacar tiempo para el trabajo, mi hijo y la tesis en la UVa».

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