José María Ruiz Ortega

Estampas rurales

José María Ruiz Ortega


Entrambas fiestas

24/04/2021

Sábado entre dos fiestas que afectan a la Comunidad Autónoma y a la festividad de San Marcos en Palencia, una popular romería en el parque del Sotillo de los Canónigos. Celebración precedida por las tradicionales Rogativas pidiendo lluvia para los campos y que cada año congrega a cientos de personas. Aunque este año no haya romería creo que la rogativa pidiendo lluvia debiera celebrarse, porque la sequía ya se hace notar y las explotaciones cerealistas de secano entran en una fase crítica. Si no llueve abundantemente en los próximos días, los daños pueden ser irreversibles tras una primavera prácticamente seca, un mes de marzo con temperaturas superiores a las normales y las heladas de abril. De modo que, si no hay romería, que se celebren rogativas, porque hace falta la lluvia. 
Como en todas las romerías tradicionales de nuestra provincia se une lo religioso, lo social y lo lúdico, primero se hace penitencia con peticiones de lluvias, luego viene la merienda comunitaria y al final el baile. Cuando no existían los seguros agrarios, la preocupación del campesino por «una buena o mala nube» era la oración comunitaria. La pérdida de la cosecha llevaba al hambre y la miseria y la súplica ante el Altísimo mediante unos ritos y ceremonias era su único alivio. Procesiones en rogativas para pedir la lluvia, además de los días señalados en los tres que preceden a la fiesta de la Ascensión, los labradores podían solicitar a la autoridad eclesiástica la celebración especial de rogativas en caso de sequía extrema.
Hace 500 años, cuando las milicias comuneras se rebelaron en 1521 contra el rey Carlos I, parece que no era el caso pedir la lluvia por medio de rogativas, llovió tanto que la caballería quedó inutilizada en Villalar. Por aquí, por la capital y provincia había pasado el zamorano obispo Antonio de Acuña en actos de represión, de castigo, para recoger rentas en nombre de la Santa Junta y levantar en armas a los apacibles campesinos. Arrasados los pueblos de Tierra de Campos, sus moradores no entendían de más levas y gravámenes, espantados por una tropa dirigida por este obispo sanguinario y medieval.