Josu Ternera, el más buscado por la Guardia Civil

Pilar Cernuda
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El empeño y la profesionalidad del Instituto Armado han hecho posible detener al pie del Mont Blanc y tras 17 años huido a uno de los terroristas más sanguinarios y crueles de la banda

Josu Ternera, el más buscado por la Guardia Civil - Foto: CEDIDA

Lo suelen decir los veteranos, la Guardia Civil nunca olvida, ni siquiera cuando una operación está cerrada. 

Son incontables los casos de desaparecidos a los que se deja formalmente de buscar y que son localizados años después porque ha habido unos guardias que no se resignaron a darlos por ilocalizables o muertos.  Si esa ha sido la actitud de la Guardia Civil ante víctimas con las que no tenían ningún vínculo, más todavía ante los asesinos de los centenares de compañeros que cayeron bajo los coches bomba, las metralletas o el tiro en la nunca de los etarras. Como comentaba un miembro de la Benemérita al poco de conocerse que Josu Ternera había sido detenido en Francia: «Nosotros no olvidamos». Es posible que perdonen, pero no olvidan, y la búsqueda de José Antonio Urrutikoetxea no ha cesado desde que se le perdió la pista en 2002.

Llevaba mucho tiempo desvinculado de ETA, pero no por discrepancias con la trayectoria o el camino que había elegido la banda para alcanzar su objetivo independentista. Ternera seguía creyendo en esos fines que él mismo había marcado durante el mucho tiempo que fue jefe de operaciones de la banda. Su desvinculación con ETA se debía a motivos de seguridad: sabía perfectamente que la Policía, el CNI y sobre todo la Guardia Civil no cejarían en su empeño de localizarlo, detenerlo y conducirlo ante la Justicia. 

Durante años, la Gendarmería francesa ha aparecido como el cuerpo policial que luchaba activamente contra ETA. Su trabajo fue relevante, pero en la casi totalidad de los casos las detenciones se producían gracias a que los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad españolas trabajaban sobre el terreno francés, seguían las distintas pistas que podían conducir a miembros de ETA, vigilaban sus posibles domicilios, los localizaban … y trasladaban los datos a la gendarmería para que procedieran a su detención.

Josu Ternera ha sido el objetivo prioritario de la Guardia Civil en todos estos años. Con una fecha marcada con sangre en sus memorias, la del atentado contra la casa cuartel de Zaragoza en 1987, con 11 víctimas mortales, seis de ellas menores. No es casual que el nombre de la operación con la que se preparó la detención de Josu Ternera fuera Infancia Robada. Fue Henri Parot el autor material del atentado con coche bomba, pero la orden la dio Josu Ternera. Precisamente huyó de España en 2002 cuando, siendo diputado del Parlamento vasco por Euskal Herritarrok –la actual Batasuna o Bildu- fue convocado para declarar ante el juez.

Hace exactamente un año, a través de la fundación suiza Henri Durant -especializada en negociaciones internacionales entre Gobiernos y grupos armados- lo que quedaba de una ETA completamente desarticulada, decidió hacer público un comunicado de disolución definitiva. La Henri Durante consideró que el comunicado debía ser leído por Ternera, todo un símbolo, y aunque costó convencerle porque temía por su seguridad, finalmente la fundación y antiguos miembros de ETA consiguieron contactar con Ternera, hacerle llegar el comunicado y montar la infraestructura para conducirlo hasta la sede de la fundación en Ginebra. 

Las medidas de seguridad fueron extremas y Josu Ternera no fue detenido… pero dejó en el aire algunas pistas que permitieron su localización posterior.

la llamada desde kenia. Antes, hubo otro momento en que fue localizado, pero, según algunas fuentes, recibió una llamada de alerta desde un lugar de Kenia. Se trata de una información que sin embargo desmienten otras personas consultadas, pero queda la duda de si el desmentido se debe a la necesidad de no alertar a ese posible enlace que tenía Ternera en el país africano… que, de tenerlo, supone que el terrorista contaba con alguien en las fuerzas de seguridad españolas que le pasaba información.