Los números cantan y el reparto de comida a través del Banco de Alimentos se ha disparado sustancialmente en los últimos meses como consecuencia de la pandemia del Covid-19. De hecho, una vez cerrado el balance de 2020 por parte de la ONG, con respecto a 2019 se ha producido un incremento de un 58%, pasando de 177.377 kilos a 280.987, mientras que desde que comenzó el estado de alarma a mediados de marzo del pasado año hasta diciembre el aumento porcentual fue de entre un 45-48%.
En cuanto al número de usuarios totales del servicio alimenticio, se pasó de 2.180 durante 2019 a los 3.910 registrados al concluir 2020 (casi un 80%), incrementándose también las familias beneficiarias, que han pasado de 367 a 537 en tan solo doce meses (un 46%).
La secretaria y tesorera del Banco de Alimentos, Rosa Ortega, explicó a DP que la situación que se vive es un tanto «atípica» respecto a 2019 y el perfil de la persona que precisa de ayudas alimentaria es el «de personas jóvenes, en general familias con niños en edad escolar con progenitores inmersos en un ERTE cuya prestación no han podido cobrar a tiempo y están pendientes de recibir un dinero necesario para afrontar gastos y necesidades básicas».
El Banco de Alimentos eleva el reparto de comida un 58% - Foto: Óscar NavarroEn este sentido, la voluntaria de la ONG agradeció las numerosas donaciones de productos no perecederos procedentes de empresas privadas y particulares. «Gracia a ello ha habido una entrega sustancial de alimentos que hemos podido repartir entre quienes tienen esta necesidad. El reparto lo canalizan directamente las distintas asociaciones colaboradoras a familias, entre ellas Cruz Roja, y luego están los casos de personas que proceden de la valoración que realiza la Concejalía de Servicios Sociales del Ayuntamiento», expuso.
Sobre el trabajo desarrollado a lo largo de la pandemia, Rosa Ortega lamentó que, por las restricciones sanitarias, no se pudieran llevar a cabo las tradicionales operaciones kilo de recogida de comida en los supermercados. «Nos pilló un poco desprevenidos en el sentido de tener un stock almacenado, pero la verdad es que tuvimos mucha ayuda», al tiempo que concretó que la primera entidad benéfica que reaccionó con aportaciones económicas fue la Fundación laCaixa, «que entregó un dinero para compra de alimentos que nos vino genial».
Otra cantidad de alimentos importantes procede del Fondo Español de Garantía Agraria (Fega), que depende del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. «Esta entidad nos hace tres entregas anuales y la última siempre se contempla en los primeros meses del año siguiente y la tercera fase finaliza el 30 de abril», concretó.
Aumento sostenido. En lo que va de año, aunque la ONGno dispone aún de cifras concretas, la demanda de alimentos por parte de personas en riesgo de exclusión sigue al alza. «Las situación económica es difícil y, si alguien está en paro, ojalá que lo llamen pronto pero desgraciadamente no suele ser así. No quiero ser pesimista, pero que las cosas no son tan rápidas ni tan fáciles de cambiar», arguyó
Por ello, Rosa Ortega consideró que a corto y medio plazo va a haber muchas personas o familias que sigan necesitando alimentos que se encargan de descargar, clasificar y almacenar ocho voluntarios. Entre los donantes de productos no perecederos citó a empresas como Prosol, Galletas Gullón, Mercadona o Grupo Siro, junto a la entrega de donativos realizados por particulares en supermercados destinados a comprar comida cuando bajan las existencias por valor de 36.000 euros, junto a 5.000 euros de la empresa auxiliar del automóvil gastados en Ceraduey y otra donación de 4.774 euros de la marca de garantía Tierra del Sabor.