75 años sin Jerónimo Arroyo

DP
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El arquitecto, que murió el 26 de marzo de 1946, obtuvo el título en Barcelona y tradujo y plasmó el estilo modernista en Palencia. Entre sus obras figuran el IES Jorge Manrique -donde tiene dedicado un museo- y el palacio de la Diputación

75 años sin Jerónimo Arroyo - Foto: Óscar Navarro

Se cumple el 75 aniversario del fallecimiento de Jerónimo Arroyo, motivo de este acercamiento desde la páginas de Diario Palentinio a la figura del arquitecto de referencia de las construcciones modernistas de Palencia. Nacido en la calle Mayor en 1871, es en esta arteria donde se puede contemplar un buen número de sus trabajos, y es que a él se deben la sede del Consejo de Cuentas de Castilla y León, enfrente de la que, en la bocaplaza, se ubica la estatua -obra de Luis Alonso- que le recuerda; el colegio Villandrando (asilo de San Joaquín y Santa Eduviges) y el edificio  Estudios Arroyo y Gallego (Oficina de Turismo). El IES Jorge Manrique y el centro de salud La Puebla (fachadas de Modesto Lafuente y Ricardo Cortes) figuran asimismo en ese legado arquitectónico, así como la Fábrica Azucarera de Palentina en Los Olmillos (su primera gran obra), y también  el palacio de Correos y Telégrafos y la Casa del Príncipe en la vecina Valladolid, además de numerosas villas, entre las que destacar El Cercado o Villa Luz. El asilo de Santa Catalina, conocido popularmente como La Fábrica, en la localidad de Saldaña, es otro de los ejemplos del quehacer de arquitecto en tierras palentinas, sin olvidar que firmó la remodelación de la girola de la catedral en torno a 1914 -este año  se va a conmemorar el VII  Centenario de la colocación de la primera piedra de  la seo gótica en la capilla de la Virgen Blanca-, y que  supuso la modificación  de las cubiertas, la construcción de una terraza plana con una  balaustrada que la remata, así como pináculos y gárgolas -incluida la del fotógrafo-.

Jerónimo Arroyo no fue  un arquitecto únicamente modernista, como explica en la biografía del mismo Ricardo Muñoz Fajardo,  y en la que señala que en provincia palentina sus obras suman más de 340 obras, enmarcadas en una trayectoria «muchas veces relacionada con su cargo de arquitecto provincial, función que influye en la permanencia de tradicionalismos e historicismos en los dibujos de sus proyectos. Así, no es raro observar influencias mudéjares en sus alzados, junto con un cierto gusto de las formas neogóticas en edificios también de la capital».

Jerónimo Arroyo obtuvo el título de arquitecto en 1899 en Barcelona. Terminados sus estudios, regresa a su Palencia natal, donde ejerció como arquitecto provincial interinamente desde 1898, incluso antes de obtener su titulación. El 8 de noviembre de 1899 ocupa la plaza de modo definitivo, hasta el 16 de enero de 1915.  Transitoriamente ejerce como arquitecto municipal en breves lapsos de tiempo en los años 1900, 1901 y 1907. Es diocesano desde 1900 a 1919 y de 1926 hasta su muerte, en1946 (26 de marzo).

En el IES Jorge Manrique puede viatarse previa cita el museo a él dedicado, en el que se conservan planos, objetos y fotografías de sus obras.  Desde el centro, su director, Arturo Polanco, destaca el hecho de que «un arquitecto de la talla de Jerónimo Arroyo se encargara de hacer un instituto público, en el contexto de la fundación de estos a comienzos  del siglo XX», y añade que «la arquitectura civil de la ciudad tenga uno de los máximos exponentes en el Jorge Manrique es una seña de identidad, no solo del centro sino de la ciudad». En su opinión, la figura del arquitecto tiene el reconocimiento de las instituciones y la ciudadanía, pero  «quiza sería el tiempo de hacer un estado de la cuestión sobre la arquitectura civil de la época».

Alfonso Arroyo, nieto del arquitecto, destaca -«por lo que oí a mi padre»-,  que apostara por la formación de sus ocho hijos, y en este sentido hace referencia a que mandó a sus hijas a estudiar a Estados Unidos. «Sus edificios emblemáticos le dan un fino modernismo a la capital palentina», afirma, y añade que Jerónimo Arroyo «ha dejado en Palencia un legado arquitectónico que ha supuesto la inspiración de siguientes generaciones de ilustres  arquitectos». De la personalidad de su abuelo, este nieto menciona su sentido de universalidad, la  visión de  futuro y que siempre hiciera gala de su patria chica.