La vuelta al trabajo con horarios amplios y aforos del 75% y el 50% en bares de copas y discotecas, respectivamente, hace que el ocio nocturno pueda tomar aire y empezar a facturar, ya que en un año y medio de pandemia las sucesivas restricciones solo han podido mantener abiertos los locales tres meses y, en algunos casos, la ausencia de terrazas y  de rentabilidad sigue impidiendo que algunos de ellos levanten la persiana.

«Nuestros locales exclusivos de noche, Y un Cuerno y El Antro, los hemos mantenido abiertos para dar servicio con la barra cerrada y el horario reducido de la 1,30 de la madrugada y cubriendo costes. Gusta, aunque sea con limitaciones, bailar y tomar una copa con los amigos y la música más alta que en otros locales. Ahora abriremos hasta las 4,30 horas y la gente ya puede pensar en poder salir por la noche y disfrutar más tiempo de ella», indica Guillermo Flores, propietario de cuatro negocios de hostelería en la ciudad.

José Ramón Prieto, dueño del esteblecimiento Jet Set, pone su futuro en manos de una apertura sostenida con la barra abierta y un horario de madrugada sin restricciones. «La base del negocio es la noche y nos da la vida, ya que de ahí procede el 80% por ciento de la facturación. El vermú, las cañas, los vinos y la terraza son un plus, pero las copas nocturnas son las que  sustentan realmente el negocio y ojalá la gente responda», indica en un tono esperanzador.

En el caso de las discotecas, uno de los propietarios de Quasar, Iván Sambade, lamenta el poco tiempo que el local pudo estar abierto este verano, tres  semanas, y confía ahora en una reapertura normalizada que permita rentabilizar este tipo de negocio.  «La sequía ha sido larga y, a poco que se siembre, lo ingresado nos permitirá sobrevivir de momento. Nuestros horarios  especiales suponen abrir el local hasta las 6 en la noche del jueves al viernes y hasta las 7 de la mañana el resto del fin de semana», arguye.