La barra alivia la caja en los pequeños locales hosteleros

J. Benito Iglesias
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El consumo en el interior con el 75% de aforo ayuda a repuntar los negocios del sector de cara a los meses de otoño e invierno

La barra alivia la caja en los pequeños locales hosteleros - Foto: Óscar Navarro

El retorno desde ayer del consumo a pie de barra sirvió para llenar de optimismo -tras casi dos meses sin poder hacerlo- a un sector hostelero que empieza a levantar cabeza,  sobre todo los bares y restaurantes que no poseen una terraza amplia ni posibilidad de cerrarla y los que no pudieron ni siquiera instalarla por falta de espacio. Especialmente los establecimientos escasos de mesas en el interior y el exterior son los que tienen confianza en un sustancial incremento en su facturación de cara a los meses otoñales e invernales, que en algunos casos superará el 50% de lo habitual. La jornada lluviosa de ayer animó a muchas personas a retomar su querencia a tomar una consumición o almorzar solo o en compañía, pero con la posibilidad de socializar con más clientes, dueños o camareros a una distancia física y visual menor que antes.

«Con un 75 por ciento de aforo de momento está bien y en días donde se espera lluvia y temperaturas más  bajas se pueden compensar los ingresos, ya que la gente que antes estaba en la terraza ahora accede al interior», indica Santiago Martín, propietario del bar Miami, ubicado en la calle Casañé, en pleno barrio del Campo de la Juventud. No obstante, precisa que aún hay gente, sobre todo la de mayor edad, «que tiene cierto miedo a consumir dentro». 

En su opinión, la situación del sector hostelero «ha mejorado bastante en verano», después de los sucesivos cierres y medidas restrictivas, con el añadido de las recientes jornadas festivas en la capital,  «pero a ahora habrá que esperar a ver cómo se comporta  el consumo en invierno», comenta.

La barra alivia la caja en los pequeños locales hostelerosLa barra alivia la caja en los pequeños locales hosteleros - Foto: Óscar NavarroDe similar opinión es Guillermo Teixeira, un joven que regenta desde hace solo unos días junto a su madre cocinera el bar Cáceres, situado en el barrio del Ave María. «La cosa se ha animado mucho y tenemos clientes que están muy contentos de poder estar ya en la barra después de bastante tiempo sin poder hacerlo», se congratula. 

A su vez explica que el suyo es un negocio de barrio donde hay muchos grupos que toman algo juntos, de todas las edades. «Se nota que tenían ganas en cierto modo de volver a la normalidad. Estar sentados para ellos no es lo mismo y creo que en la caja vamos a notar y mucho el tener la barra a pleno funcionamiento», indica con cierta esperanza tras vivir unos tiempos duros».

Optimismo moderado. Muy cerca del bar Cáceres, otro local clásico del barrio del Ave María, La Parra, con su dueña a la cabeza, María Gabina, ve muchos aspectos positivos en la reapertura de las barras, máxime cuando el espacio del que puede disponer el local en la calle para habilitar la terraza es muy escaso.

La barra alivia la caja en los pequeños locales hostelerosLa barra alivia la caja en los pequeños locales hosteleros - Foto: Óscar Navarro«Por su puesto que el consumo en el interior al poder estar en la barra es mayor y eso se nota porque entra en el negocio gente que antes no lo hacía ya que no se sentía agusto sentada», enfatiza.

A la hora del vermú y el vino la afluencia de clientela empieza a fluir,  con un perfil de edades variado. «Tenemos clientes de todo tipo, mayores y jóvenes, casi a un 50 por ciento», indica, al tiempo que reconoce que recuperar un negocio hostelero para alcanzar los ingresos previos al inicio de la pandemia «cuesta bastante y se va logrando poco a poco con un verano que no se está dando mal». 

Para concluir apunta que su deseo «es que todo se normalice y las cosas vuelvan a ser como antes para todo el mundo después de una época difícil».

La barra alivia la caja en los pequeños locales hostelerosLa barra alivia la caja en los pequeños locales hosteleros - Foto: Óscar NavarroEn el centro de la ciudad, ayer las terrazas no tuvieron su mejor día por la lluvia, salvo las más resguardadas y acondicionadas para las inclemencias meteorológicas. Uno de estos locales clásicos, el café-bar Royal, con pocas mesas en un pasaje que une la calle Mayor con la calle Menéndez Pelayo, tuvo en la vuelta al consumo en la barra una mañana muy movida. 

«En nuestro caso hay una clientela numerosa que viene a tomar café, un pincho o los vinos y tiene predilección por el interior del bar y es muy positivo en ingresos. Incluso, grupos de gente de más edad que lleva años viniendo echaba mucho de menos no poder charlar en la barra de pie consumiendo. En otro local que regentamos, La Martina, ocurre lo mismo», finaliza.