Sentir la intensidad

A. Benito
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A través de sus fotografías, dominadas por el contraste del color y el equilibrio compositivo, la artista palentina Jennifer Hocke quiere remover al espectador. La gente y su mirada, siempre protagonistas

Sentir la intensidad - Foto: Óscar Navarro

Algunas personas dicen que las reglas de composición están para romperlas. A Jennifer Hocke le gusta lo clásico: dividir las fotos en tres partes, que el foco de atención esté en el centro o jugar con las luces y las sombras. Pero, sobre todo, esta artista palentina siente debilidad por la gente, por su mirada y por la intensidad, algo que se refleja en unas instantáneas con las que la joven autora quiere que el espectador sienta, viaje y disfrute.

Las cámaras analógicas de su madre despertaron en Hocke el interés por una disciplina que dejó aparcada durante un tiempo y retomó con 21 años. Primero estudió Laboratorio de Imagen en Salamanca y acto seguido cursó un grado de Iluminación, Captación y Tratamiento de Imagen. «Hice las prácticas en el Teatro Liceo y después decidí irme a vivir al Reino Unido para aprender inglés», concreta esta fotógrafa que regresó a Palencia cuando comenzó la crisis del coronavirus.

Lo que no se esperaba es que Javier Pérez, director del Museo de Palencia, le diera la oportunidad de realizar su primera exposición individual «en casa». El resultado es Nadar entre arenas, una muestra de la que se puede disfrutar hasta hoy y en la que el azul, el blanco y negro y los ocres comparten protagonismo con paisajes y retratos que Jennifer Hocke tomó durante un viaje por Marruecos. «Quiero transmitir lo que he visto, y más ahora que tenemos tan limitados los movimientos», afirma.

Inspirada por Steve McCurry -mundialmente conocido por ser el autor de la fotografía La niña afgana, publicada en la revista National Geographic en 1985- la artista presenta una serie de 25 imágenes dominada por los juegos de color y por su deseo de llegar al público. 

Así, Hocke, que se confiesa sinestésica al mezclar el olfato y el gusto, se sirve de herramientas como la música y las especias para conseguir que lo que intentan transmitir sus fotografías se perciba también a través de otros sentidos. De nuevo, la intensidad y su apuesta por integrar al espectador en un universo cultural renovado y transgresor. A nivel técnico, la fotógrafa desvela que algunas imágenes están desenfocadas porque las tomó de forma disimulada, sin mirar por el visor para evitar molestar a la gente. «Tienen valor por cómo están hechas», explica sobre esos bellos robados.

Hoy es el último día para conocer de cerca la obra de esta creadora, aunque Jennifer Hocke -que admira la valentía y la creatividad de compañeras como Cristina García Rodero, Ouka Leele o la también palentina Mirta Rojo, con quien trabajó durante un tiempo en Madrid- ya está trabajando en su próximo proyecto. «Será sobre un viaje que hice por Europa antes del coronavirus», avanza.