Drácula, luz de mi vida, novela con la que el escritor palentino Alberto Baranda (Baltanás, 1958) ganó el XI Premio Tristana, que convoca el Ayuntamiento de Santander, llega este lunes a las librería editado por Menoscuarto. «Puede que nos guste más o menos, pero Drácula, como Frakestein o la Alicia de Carroll, forman ya parte de la mitología moderna. Son, desde luego, mitos menos complejos y trascendentes que los que encarnan Edipo o Electra; pero ahí están, aptos, como éstos últimos, para la interpretación y reinterpretación. Eso es lo que yo he pretendido, tomar el arquetipo originario de Stoker para, desde una postura de abierta irreverencia, proponer otro Drácula. Los mitos mueren de consunción cuando no se reiventan», afirma el autor a DP.
Drácula se publica seis años después de Vendrá la muerte y tendrá sus ojos,  que fue una novela con la que cada vez el autor se siente más identificado. «En ella, aunque de una manera difusa ya comenzaba a intuirse un cambio de tendencia en los registros que había venido manejando hasta entonces. Allí aparecía lo extraño, lo difícilmente explicable desde los parámetros de eso que, con excesiva alegría, llamamos realidad. Desde entonces he escrito varias cosas (que de momento duermen su sueño en los cajones) y, de diferentes maneras, todas apelan a la imprecisión de las fronteras entre lo real y lo…., por llamarlo de alguna forma, anómalo, lo que desencuaderna nuestra perspectiva habitual de ver el mundo».

Para Alfredo Baranda la novela fantástrica "sigue recluida en un gueto editorial, mediático y de distribución que premios como el Tristana tratan de paliar".