El 4 de junio de 2010 abría sus puertas en San Cebrián de Mudá la única reserva nacional de bisonte europeo existente en España. Aquel día, cinco hembras y dos machos se establecían en una finca de veinte hectáreas y daban así el pistoletazo de salida a un proyecto en el que el Ayuntamiento de la localidad norteña venía trabajando desde hacía ocho años. Tan solo dos meses después, nacían dos crías y, el 8 de junio de 2012, se sumaban otras cinco hembras y un macho procedentes de la reserva de Oostvaardesplassen, en los Países Bajos. 

Casi una década después, cerca de 50.000 personas -47.960 para ser exactos- han pasado por la Reserva del Bisonte. «En su mayoría, se trata de grupos familiares que nos visitan, sobre todo, en la época estival, muchos de ellos en el mes de agosto, pero también en Semana Santa y durante los puentes», explican desde el núcleo zoológico, que tenía muy buenas expectativas para este año. «Los datos por meses así lo estaban demostrando. Como ejemplo, solo para la quincena del 14 de marzo al 2 de abril teníamos cinco grupos, tres eran colegios, a los que, lógicamente, no hemos podido recibir», añaden. También habían aumentado las reservas en la web para Semana Santa y el mes de mayo.

Con respecto a su lugar de procedencia, quienes se animan a descubrir el espacio en invierno son turistas cercanos, de Palencia y Valladolid, principalmente. En verano, abundan los madrileños, y en los meses de septiembre y octubre son muy comunes las visitas del País Vasco. «En afluencia, estos meses son tan buenos como agosto», aseguran los responsables de la Reserva del Bisonte. En cuanto al perfil, no faltan las familias con hijos, las parejas jóvenes, ni los grupos de amigos de todas las edades. 

La Reserva del Bisonte registra 47.960 visitas desde 2010

Al analizar las cifras por años, no cabe duda de que la celebración de Mons Dei, la vigésima tercera edición de la exposición Edades del Hombre, en Aguilar y, muy probablemente, la aparición de la Reserva en Volando Voy, el programa del aventurero leonés Jesús Calleja, influyeron positivamente en la promoción del centro. En ese momento se pasó de las 5.945 visitas de 2017 a las 7.897 de 2018, siendo este el mayor récord alcanzado hasta la fecha.

Al año siguiente, el número de visitas se quedó muy cerca, en las 7.785, y, desde el pasado mes de enero hasta el fin de semana antarios al 14 de marzo, 843 personas habían pasado por la reserva, una cifra que auguraba un buen balance anual. Lo que es un hecho es que la evolución en el número de visitantes ha sido tremendamente positiva, con 84 en 2010 (se abrió en el puente de diciembre), 2.895 en 2011, 3.388 en 2012, 3.853 en 2013, 4.692 en 2014, 4.952 en 2015, 5.626 en 2016 y los ya mencionados de 2017 a 2020. Esto demuestra el creciente interés que despierta el centro y su gran valor como recurso turístico de la provincia. 

En lo referente a sus características, hoy en día, la Reserva del Bisonte Europeo de San Cebrián de Mudá cuenta con 16 ejemplares, a los que se suman dos caballos de Przewalsky, dos hispano-bretones y doce losinos. El camino no ha sido fácil, pero la arriesgada apuesta que un día hizo el alcalde del municipio, Jesús González, ha puesto en el mapa a un pueblo de algo más de 150 habitantes, uno de los pocos que ha conseguido mantener su población en los últimos años.

La Reserva del Bisonte registra 47.960 visitas desde 2010

ORÍGENES Y EVOLUCIÓN. La iniciativa daba sus primeros pasos en 2002. Por aquel entonces, San Cebrián y sus pedanías (San Martín de Perapertú, Perapertú, Valle de Santullán y Vergaño) llevaban varios años sufriendo el cierre de las explotaciones mineras, que habían sido durante el siglo XX el motor de la economía local. Tras la concesión de una subvención de 1,1 millones de euros de fondos Miner, el proyecto echaba a andar como alternativa económica y turística para la zona. 

Aunque los primeros animales llegaban a la reserva en junio de 2010, el centro no abría sus puertas hasta el mes de diciembre. Tal y como recogían los medios de comunicación, en aquel momento el proyecto preveía generar, el menos, cinco empleos fijos y algun otro eventual. Un edificio de 300 metros cuadrados dividido en dos plantas acompañaba a la propia reserva y permitía al visitante conocer la zona y los aspectos más interesantes del bisonte.

«A lo largo de esta década, hemos aumentado las posibilidades de la reserva al incluir nuevos animales. Nuestra última apuesta es por la vaca sayaguesa, raza en peligro de extinción que, junto con el caballo losino, es autóctona de Castilla y León», explican desde la Reserva del Bisonte. Asimismo, desde que el centro abriera sus puertas, quince estudiantes de las universidades de León, Salamanca, Valladolid, Cheste y Madrid han realizado allí sus prácticas, mientras que los puestos de trabajo ligados al centro han llegado a ser seis en algunos momentos. 

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«También hemos nacionalizado e internacionalizado el proyecto a través de acuerdos con otras asociaciones conservacionistas  y con instituciones universitarias», indican finalmente los responsables de este espacio, socio de la ONG Un bosque para el planeta Tierra.