El año hidrológico termina con los embalses casi a la mitad

J. Benito Iglesias
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Los cinco pantanos de los sistemas del Carrión y Pisuerga suman 216,7 hectómetros cúbicos, lo que supone una cuarta parte más que en 2019

El año hidrológico termina con los embalses casi a la mitad

La situación global de los embalses de la cuenca palentina ha mejorado ostensiblemente respecto a 2019 en el final del año hidrológico y el comienzo de uno nuevo en cuanto al agua que almacenan los tres pantanos del sistema Pisuerga y los dos del sistema Carrión. Aunque las precipitaciones no hayan abundado durante los meses de verano y se han registrado temperaturas altas, las lluvias primaverales permiten un mejor aspecto y las reservas hídricas para el riego son bastante mejores que hace 12 meses, lo que se traduce en más hectómetros cúbicos disponibles para las necesidades agrícolas.

Así, a fecha 1 de octubre, en el comienzo de un nuevo año hidrológico hay almacenados 216,7 hectómetros cúbicos de agua en la cuenca palentina, lo que supone un 44,5 por ciento de la capacidad total que alcanza los 487 hectómetros cúblicos. Respecto a los últimos 12 meses, se ha registrado un  27,77 por ciento -más de una cuarta parte a mayores de de agua embalsada- que en 2019, donde la cifra era de un 96,1 por ciento. Además, otro dato favorable lo representa el hecho de que el volumen conjunto de los cinco embalses situados en las los sistemas Carrión y Pisuerga, con 216,7 hectómetros cúbicos de agua, supera con creces la media de los últimos años, que se sitúa en los 142,6 hectómetros cúbicos de reservas hídricas, lo que refleja un 29,3 por ciento más.

El año hidrológico, que terminó ayer, acumula un 17 por ciento más de lluvias respecto a los valores normales de los últimos 40 años, según informe del Observatorio de Carralobo ubicado en la localidad de Astudillo, ya que se han superado los 526 litros frente a la media en este periodo que se sitúa en 450. Las lluvias de primavera, especialmente del mes de abril –en pleno confinamiento-, con 94 litros, fueron definitivas para este resultado.

El año hidrológico termina con los embalses casi a la mitadEl año hidrológico termina con los embalses casi a la mitadNo obstante, durante las últimas semanas apenas ha llovido, los campos han seguido necesitando agua para el riego y el volumen de agua almacenada ha seguido bajando con 5,5 hectómetros cúbicos en una semana.

Por sistemas, en los dos embalses del Carrión -Camporredondo y Compuerto- la situación es algo mejor que hace un año. De los 165 metros cúbicos de capacidad, hay almacenados ahora 46,1 (un 27,9 por ciento), mientras que el año anterior había 36,8 hectómetros cúbicos de reservas. Respecto a la media de los últimos diez años también se mejora, ya que es de 42,8 hectómetros cúbicos y se cuenta con 3,3  a mayores, lo que no es mucho teniendo en cuenta que se trata de una cuenca deficitaria para las actuales necesidades de riego en las cultivos de la zona.

Mientras tanto, en los tres pantanos del sistema Pisuerga -Cervera, Requejada y Aguilar de Campoo- hay un mayor volumen de agua embalsada -170,7 hectómetros cúbicos sobre una capacidad total de 247, lo que supone un 56,3 por ciento- y representa casi un tercio más de reservas que 12 meses atrás, donde el agua almacenada se situó en 59,3 hectómetros cúbicos. La situación de la cuenca del Pisuerga  también supera en mucho la media de los últimos diez años, 99,8 hectómetros cúbicos, al situarse en los 179,7 hectómetros cúbicos que hay albergados a fecha 1 de octubre.

Según los gráficos que facilita la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD), el patrón de mayor entrada de agua en los embalses se produce en primavera, época que coincide con una mayor caída de lluvia y el progresivo deshielo en las montañas que se ubican en la Cordillera Cantábrica. De esta forma, la subida gradual del agua embalsada en los pantanos se produce normalmente en torno a mediados de mayo. A partir de esa fecha, la sed en los campos es la tónica general y los agricultores deberán pasar el otoño y el invierno esperando la caída de nieve y lluvias.

Cuenca del Duero. La situación en la que se encuentran los cinco pantanos de la provincia es similar a los de la cuenca del Duero, donde también están integrados los embalses que pertenecen a las provincias de Ávila, Burgos, León, Salamanca, Segovia y Soria. Incluyendo los del norte palentino, los 18 embalses castellano y leoneses tienen más agua que hace un año y, en conjunto, suman un total de  1.330 hectómetros cúbicos, de los 2.877 que pueden albergar y alcanzan un 46,2  por ciento de volumen embalsado, un poco mejor que el 44,5 por ciento que acumulan los pantanos de la Montaña Palentina

Al igual que ocurre en la provincia, los registros de agua almacenada en los pantanos de la comunidad autónoma son mejores que los de 12 meses antes. En concreto, en 2019 las reservas eran de 991,6 hectómetros cúbicos de agua embalsada (34,5 por ciento de la capacidad total). Asimismo, se supera la media de los últimos diez años, 1.083,4 hectómetros cúbicos, al tener 1.330 en la actualidad.

 

Un 30% más de agua almacenada que la media de 10 años. Hace un año en estas fechas la preocupación era extrema entre los agricultores por el déficit de agua en los embalses de la provincia, con unas reservas que no llegaban al 20 por ciento y, ahora, la situación ha cambiado por completo. El nuevo año hidrológico arranca con un volumen embalsado de casi el 45 por ciento entre los tres embalses del sistema Pisuerga -Cervera, Requejada y Aguilar- y del Carrión -Camporredondo y Compuerto-.

Dado que la media de los últimos diez años de la reserva hidráulica en octubre se sitúa en 143  hectómetros, la cifra supone algo más del 29 por ciento y se trata de un dato esperanzador en este inicio de etapa, que ha sido muy bien recibido por los regantes. Máxime después de la sequía que venía sufriendo la provincia y que se saldó el año pasado con una cosecha cero. Un panorama muy distinto al actual, con una de las mejores recolectas de los últimos años en producción agrícola. 

lluvias beneficiosas. El balance de la campaña de riego también es positivo. El vicepresidente de la comunidad de regantes del Bajo Carrión, José Luis Marcos, cree que las lluvias de primavera, a pesar de retrasar las siembras, fueron muy beneficiosas. «Hasta bien avanzado mayo no hubo que regar, y los cereales, que consumen la mayor parte del agua, se surtieron de las precipitaciones», señala. Sin embargo, ante la próxima campaña, recuerda que las reservas de los embalses del Carrión son insuficientes para abastecer a la zona regable.  

Así, alude a la reivindicación histórica del colectivo sobre el proyecto de embalses en la zona de la Cueza, lo que permitiría paliar un problema que se arrastra desde hace más de 40 años por la falta de infraestructuras para responder a la demanda del regadío. En el caso de la comunidad de regantes del Pisuerga la situación es distinta, ya que la capacidad de los embalses es mayor. «Hemos desarrollado una campaña con tranquilidad gracias a la generosidad de las lluvias de primavera», explica Alberto Nebreda. 

El presidente de este colectivo añade que los proyectos de modernización avanzan a buen ritmo y permiten un mejor aprovechamiento del recurso hídrico, al tiempo que se rebaja la factura. Por un lado, los de Santoyo, Boadilla y Frómista, y por otro, los parques fotovoltaicos que contempla estaciones en Astudillo, Melgar de Yuso y Santoyo. Respecto al futuro, cree que «si viene un invierno normal, las reservas para el nuevo año serán buenas».