Cómo prevenir las 'caries del biberón'

SPC
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Ni los más pequeños se libran del dentista, puesto que conviene llevarlos a que un experto revise sus dientes ya en el primer año de vida

L as caries dentales son el principal problema bucal y la enfermedad crónica más frecuente durante la infancia. Uno de cada tres niños españoles de 5 a 6 años tiene caries en las piezas de leche, según los datos  publicados por el Consejo General de Dentistas en la última Encuesta de Salud Oral, realizada en 2015. Y los expertos advierten, no por ser de leche deja de ser crucial su cuidado. 

«Aunque los dientes de leche no sean los definitivos, son cruciales para la salud y bienestar de nuestros hijos: ayudan a masticar, permiten un correcto desarrollo del lenguaje y se encargan de mantener libre el espacio para los dientes permanentes, que, de otra manera, pueden crecer torcidos o apiñados. Además, no lo olvidemos, también dibujan la sonrisa de nuestros hijos», afirma el experto médico de Cinfa, Eduardo González Zorzano. 

Las caries, junto a las enfermedades de las encías, son una de las patologías más frecuentes que afectan al ser humano en general. Se estima que  afecta a entre el 60 y el 90 por ciento de la población infantil en edad escolar y a cerca del 100 por 100 de los adultos. Si bien es cierto que esta alteración es más común a medida que avanza su edad, como vemos, ni los más pequeños están a salvo del problema de las caries. De hecho, desde que a un niño le salen sus primeros dientes, pueden producirse las llamadas caries de la primera infancia o caries del biberón, que causan malestar y dolor. «Por este motivo, es necesario comenzar a cuidar la boca de nuestros hijos desde el primer momento», afirma el experto. 

La pregunta que pueden hacerse muchos padres es cómo mantener sana la dentadura de un niño, especialmente de un bebé. «Al principio, limpiando los dientes del bebé con una gasa húmeda y, conforme comienzan crecer, enseñándoles a lavarse los dientes de una manera correcta y efectiva», explica González Zorzano. De esta manera, se evita que las bacterias colonicen la cavidad bucal del pequeño y, sobre todo, que se acumulen en ella azúcares y carbohidratos, los dos principales factores involucrados en la formación del sarro y la caries.

Además,  la Sociedad Española de Odontopediatría (SEOP) recomienda que la primera visita al dentista se realice durante el primer año de vida, pues la probabilidad de caries aumenta conforme pase el tiempo sin que el niño siga una correcta higiene bucal. Es necesario también que los padres sean conscientes de que las caries son evitables, que se puede prevenir la enfermedad. Por eso, además de las visitas periódicas al dentista, es fundamental que inculquen a sus hijos hábitos como cepillarse los dientes después de las principales comidas durante al menos dos minutos, al tiempo que les conciencian de la importancia de no comer dulces entre horas. Pero también «es imprescindible que los padres cuidemos nuestra propia higiene bucodental, tanto para predicar con el ejemplo como para evitar transmitirles, sobre todo cuando son bebés, las bacterias causantes de las caries», recuerda este experto.