A punto de afrontar una nueva edición del Rally Dakar, que tendrá lugar del 5 al 17 de enero en Arabia Saudí, Carlos Sainz (Mini) no pone límites a sus expectativas de cara al ‘raid’ más duro del mundo. «Afronto la competición con la misma ilusión y con el pensamiento de que puedo seguir ganando, si no, no estaría aquí. Yo sé que soy el piloto más veterano que ha conseguido ganar la carrera, pero me gustaría pasar el límite de 55 años, a 57 este año. No pienso en la edad cuando corro, pienso en ganar», recalcó ayer, poco antes de coger el avión que le llevará a Riad.

El madrileño considera que su motivación sigue estando «intacta», a pesar del mal sabor que le dejó la edición anterior, en la que tuvo problemas desde la tercera etapa. «La verdad es que todo fue un fastidio, cada día salían mal las cosas. Solo el último día pudimos hacer una buena etapa y ganamos. Pero igualmente la motivación está clara, y es por la pasión que tengo por las carreras», aseguró.

El bicampeón del Mundial de Rallies subrayó que afronta un Dakar «más abierto» que en las temporadas anteriores, con jornadas «muy largas, que pueden complicar las cosas», aunque prefiere «no hacer valoraciones a priori». «Hay días de más de 500 kilómetros, en concreto tres, y días de más de 400. Antes de empezar tiene buena pinta, parece que es un terreno que nos va a exigir bastante a los pilotos y a las mecánicas», explicó.

En este sentido, Sainz subrayó que el Dakar es una prueba «impredecible», donde pueden pasar muchas cosas y hay que intentar «no volverse loco». «Hay días que piensas una cosa y pasa otra. El que de repente sale el séptimo encuentra un hueco y todo cambia, por eso tienes que resetear después de cada jornada, aunque te haya ido mal. Hay que ir con cabeza, pensando en cada día», resaltó la leyenda del automovilismo español.