Sanidad avala la buena salud de las 56 piscinas públicas

E.M.
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Salud Pública realizó en 2018 un total de 237 inspecciones, en las que predominó la normalidad

Sanidad avala la buena salud de las 56 piscinas públicas - Foto: Eva Garrido

Los termómetros suben y la llegada del buen tiempo es señal de  que las rutinas de ocio se cambian por actividades al aire libre, lo que conlleva la necesidad de tomar ciertas precauciones y de estar atentos ante imprevistos. Las distintas instalaciones destinadas al uso propio de la época estival deben estar a punto para así evitar posibles incidentes y lamentar desgracias indeseadas.

En este ámbito es esencial la labor de los servicios oficiales farmacéuticos de Salud Pública adscritos a Sanidad Ambiental, pues son los responsables de velar por la salud pública en su condición de agentes de la autoridad sanitaria.

Los datos facilitados por el Servicio Territorial de Salud de la Junta revelan que el año pasado se realizaron 237 inspecciones, con sus correspondientes controles analíticos en las 56 piscinas censadas en la provincia. «La normalidad fue, como en años anteriores, la tónica general», destacan desde la administración regional. De esta manera, se realizan controles del nivel de cloro y del pH. «En el caso de detectarse incumplimientos a la normativa reguladora, se adoptan las medidas necesarias para subsanar las deficiencias y evitar problemas de salud pública», indican desde este servicio.

Estas medidas pasan por determinados requerimientos a los titulares de las piscinas, la limitación de la actividad, la apertura de un expediente sancionador e, incluso, hasta propuestas de cierre si la gravedad así lo requiriese.

Desde la Junta se recuerda que, dado que la responsabilidad de las piscinas públicas de temporada es del correspondiente titular, antes de su apertura debe comunicar al servicio territorial de Sanidad que los vasos están vacíos, limpios con los anclajes realizados y señaladas las profundidades. Además se tiene que indicar la fecha de apertura al público y el cierre de la temporada, el horario, el responsable de la misma y los socorristas que estarán al cargo, que deben tener el título o formación acreditativa de su competencia.

No obstante, los servicios oficiales farmacéuticos realizan visitas de inspección para constatar que todo está de acuerdo a las indicaciones y que las instalaciones están en correcto estado.

CONDICIONES. Por otra parte, una vez iniciada la temporada, los controles oficiales se centran en el mantenimiento de la condiciones higiénico sanitarias en su conjunto, niveles de pH, color libre y cloro combinado del agua en los vasos, así como autocontrol, es decir, registro de tratamientos y entrada de agua nueva y de agua reciclada, así como las incidencias. También se vigila que haya un botiquín de urgencia y otras medidas que los sanitarios estimen oportunas.

Por su parte, en las piscinas cubiertas se lleva a cabo su programación anual de inspecciones. En 2018 se realizaron 82 actuaciones en las siete instalaciones de estas características, además de otras nueve específicas para la prevención de legionelosis.