Donald Trump decidió ayer que es la hora de cambios y reemplazó al jefe del Servicio Secreto, Randolph Alles, por James Murray, otro agente de ese Cuerpo encargado de proteger al presidente de EEUU. Un cese que llegó apenas unas horas después de que la secretaria del Departamento de Seguridad Nacional, Kirstej Nielsen, encargada de las políticas migratorias, dejase su cargo por encargo del propio dirigente.

En medio de los rumores de una amplia purga en el equipo de Seguridad Nacional, la Casa Blanca anunció «que el señor Alles dejará su cargo pronto, y el presidente Trump ha seleccionado a James M. Murray, un miembro de carrera del Servicio Secreto, para que tome el relevo como director a partir de mayo».

Con respecto a Nielsen, fue el mismo Trump quien desveló su renuncia y a su sustituto, el actual comisionado de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza, Kevin McAleenan.

Nielsen se había convertido en el brazo ejecutor de las políticas migratorias del presidente, que habían recibido críticas por parte de la oposición y de numerosos grupos sociales por lo que consideraban una actuación carente de humanidad. Así, ha sido la encargada de poner en marcha una agresiva actuación frente a los sin papeles que ha incluido la separación de familias de inmigrantes con menores cuando cruzaban la frontera con México irregularmente durante meses, un veto migratorio contra países de mayoría musulmana y regulaciones para limitar el asilo en el límite con México.

La llegada de McAleean no parece que vaya a suavizar estas acciones, sino todo lo contrario. El republicano aseguró que la situación en la frontera sur ha llegado a «un punto crítico».