La revolución de las noveles

Lucía Santiago (EFE)
-

Con su desparpajo, su ritmo escurridizo y su incombustible entrega, 'La Roja' femenina cuenta con una nueva generación de jugadoras que hace soñar con próximos logros

La revolución de las noveles - Foto: PHIL NOBLE

Las carreras de Vicky Losada y de Amanda Sampedro tienen ciertos lazos comunes. La catalana es la capitana del Barcelona y la madrileña, la del Atlético de Madrid. Juntas aparecen habitualmente en las convocatorias de la selección española, donde es repetitiva su titularidad, aunque ninguna es insustituible.

Que Aitana Bonmatí y Lucía García salieran a calentar en el descanso del duelo ante el combinado de Sudáfrica fue la señal que advirtió de las salidas de la barcelonista y la colchonera. Mediado el partido ante el combinado de Sudáfrica, con un adverso 0-1 en el marcador, el seleccionador español Jorge Vilda apostó por relevar a Losada y Sampedro. Su decisión permitió brillar a dos de las jugadoras más jóvenes de todo el plantel.

"Las del 98, 97 y 96 nos conocemos desde que somos pequeñas", convino en declaraciones Lucía García, capital en el resurgir de La Roja en el Stade Océane de Le Havre. "Creo que podemos aportar frescura", remarcó.

Con su desparpajo, su ritmo escurridizo y su incombustible entrega, la benjamina de la delegación guió la remontada del equipo español. Provocó un penalti y cerró, con el tercer gol, la primera victoria de la selección española en un Mundial.

Eso que al principio "no sabía si iba a estar capacitada para estar con la absoluta". "Esto es un escalón más, como quien pasa de Segunda a Primera División. Yo al principio decía: ¿pero qué es esto? Todas como motos, todas presionando, todas al primer toque...", continuó García.

¿Bajó los brazos? ¿Se deprimió? La atacante del Athletic responde con rotundidad: "no". "Pero pensaba que eran muy buenas y yo no me veía tan buena como el resto", explicó.

 

Futuro prometedor

"Preparadas para jugar estamos todas", defendió Mariona Caldentey. A sus 23 años, la balear es fija en el Barcelona -un gol suyo apeó al Bayern de Múnich en las semifinales de la Champions- y se abre hueco en la selección. Es, quizás, la futbolista más habilidosa de la nueva hornada junto con Aitana Bonmatí, asimismo titular en la final del torneo continental con el equipo azulgrana.

Con La Roja no inició la partida pero su impulso fue definitivo en la segunda mitad del choque contra las sudafricanas, si bien los dos primeros goles fueron de penalti y el tercero en superioridad.

Apartaron así, en cualquier caso, esa "nube negra" que se había aposentado sobre las cabezas de las españolas con el gol de Thembi Kgatlana. "Igual a mucha gente le pudo llevar a situaciones vividas en el pasado y un poco a esos miedos que habíamos tenido", consideró en rueda de prensa Marta Corredera, también mundialista en Canadá.

Por suerte para La Roja, asoman ya jugadoras desinhibidas, que llevan años transitando por el sendero del éxito. "¿Por qué no soñar?", se pregunta Lucía García. 

El técnico Jorge Vilda se mostró convencido tras el triunfo ante la selección de Sudáfrica que el equipo crecerá durante el torneo después de haberse quitado "esa losa de tener que ganar un partido en un Mundial después de cuatro años". "Eso te hace mella y no nos ha dejado ser nosotros mismos", lamentó.

Ahora La Roja continúa el Mundial sin esa mochila y con la certeza de que puede contar en el futuro, y en el presente, con Mariona Caldentey, Nahikari García, Aitana Bonmatí y, por supuesto, Lucía García.