Las iglesias conventuales cambian de color y sonido

A. Rodríguez
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1.801 palentinos visitaron ayer los cinco conventos de clausura de la capital, conformando Sonidos del silencio, la actividad que promueve la visita y el disfrute del patrimonio histórico que, en esta ocasión, se abre al público

Los palentinos se acercan a la iglesia de las Agustinas Recoletas, el primero de los templos de Sonidos de silencio. - Foto: Juan Mellado

Nueva iluminación y un hilo musical con cantos eclesiásticos aportan, hasta mañana, un ambiente diferente  a la visita de cinco conventos de clausura de la capital. Esta iniciativa denominada Mira la belleza, Sonidos de silencio del Ayuntamiento -enmarcada en el programa Palencia Querida!- comprende los templos de las Agustinas Recoletas, Agustinas Canónigas, Claras, Dominicas y San Bernardo. A lo largo del día de ayer, el primero de apertura, 1.801 palentinos han conocido el interior de las iglesias conventuales y, la concejala de Cultura y Fiestas, Laura Lombraña, admitió que «ha sorprendido con la acogida que ha recibido esta idea». Por otra parte, la edil afirmó que «los religiosos de los conventos que han abierto sus puertas hoy, han agradecido esta iniciativa».

«Además de poder ver elementos artísticos, arquitectónicos e históricos, que normalmente no se encuentran a la vista por lo limitado de los horarios de apertura a estos templos» -apuntó Lombraña- aquellos que se dejen llevar por Sonidos de Silencio, van a poder disfrutar también de una iluminación y sonido especiales para la ocasión, «convirtiendo la visita en algo que van a recordar durante mucho tiempo».

SEGURIDAD. La actividad va de la mano de unas estrictas medidas de seguridad, más si cabe al tener en cuenta que se trata de un lugar de culto. En todos los templos en los que tiene lugar Sonidos del silencio se requiere al visitante que entra que se limpie las manos con el gel hidroalcohólico. Asimismo, en todos los bancos se establece una separación entre fieles con indicadores y, en las estatuas de Cristo, se han fijado carteles que invitan a sustituir el gesto de tocar o besar la imagen por una inclinación o una genuflexión de rodillas.

Asimismo, este proyecto «es una manera de ayudar a las empresas de la capital que se dedican a la producción de eventos» afirman desde el Consistorio. Así, la iluminación se compone de focos spot y berma, o lo que es lo mismo, luces profesionales que, normalmente, se utilizan en grandes eventos por su calidad y potencia. 

La música, por otra parte, se basa en cantos eclesiásticos, que aportan un ambiente sobrio y noble, reproducidos desde altavoces  de alta definición, localizados en puntos clave de las iglesias para obtener un sonido nítido.

A través de este proyecto, se promueve la visita y el disfrute del patrimonio cultural de la capital desde un punto de vista diferente y, en paralelo, se potencia el trabajo de las productoras locales.