Iván Román es un guardense de 27 años que, tras haber estudiado la carrera de Magisterio por EducaciónFísica, regresó a Guardo para tratar de «seguir viviendo todo el tiempo que pueda en mi pueblo» y, con motivo del confinamiento de los pasados meses, durante el estado de alarma, gestó en su cabeza la idea de llevar a cabo un reto, unir la villa guardense con el Lago de las Lomas mediante un particular triatlón.
Esa era la idea inicial, para la que se unieron a él su padre, Ángel, y dos amigos, David Rueda y Maykel Liébana. Su pareja, María Retuerto, conducía la furgoneta de apoyo y otros dos amigos, Samuel Narganes y Pablo Merino (le acompañarían el segundo día), tampoco quisieron perderse el reto, apoyando en la segunda parte del desafío. El deseo era llevarlo a cabo en la jornada del sábado en su totalidad, pero las cosas no siempre pueden llevarse a cabo como se han planificado. Y una fea caída de Ángel en la parte final del recorrido en bicicleta les obligó a detener la aventura y a reanudarla el lunes con la tranquilidad de que la aparatosidad del golpe en el pómulo era de menor gravedad (aunque haya tenido que ser intervenido) de lo que se temió al principio.
En ese objetivo de «unir Guardo con otro lugar en el que poder acabar todos juntos y poder celebrar que estábamos todos ya libres», comenzaban el recorrido el sábado a las 8 de la mañana. Sin embargo, ante el inconveniente surgido «al final lo terminé en dos etapas. Hice la bici en un día y la carrera y la natación en el Lago de las Lomas el otro. Cuando estemos recuperados todos nos volveremos a juntar para hacer ese u otro reto». Además, quedó pendiente la comida en Puente Agudín, que a buen seguro en la repetición del desafío de este grupo de amigos será algo que figure en la agenda del evento y anime a algún acompañante más a disfrutar de la naturaleza.

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