Fernando Lussón

COLABORACIÓN

Fernando Lussón

Periodista


Males habituales

27/01/2022

Ha pasado prácticamente desapercibida la intervención del secretario general del Partido Socialista de Madrid, Juan Lobato, en un desayuno informativo, a pesar de que dejó un par de apuntes interesantes. El nuevo líder de los socialistas madrileños, no lo tiene fácil. Madrid, región y ciudad son dos ámbitos en los que su partido llevan mucho tiempo sin gobernar, convertidos en feudos de la derecha y de la ultraderecha.  En la comunidad son tercera fuerza política tras ser superados por el 'huracán Ayuso' y por Más Madrid, cuando su candidato, el actual Defensor del Pueblo, Ángel Gabilondo, se encontraba de salida.  Juan Lobato es un desconocido para la mayor parte de los madrileños y necesitará tiempo para que se le pueda considerar un líder con posibilidades de asaltar el fortín conservador madrileño. Ya es una tradición que los socialistas no acierten con los candidatos, que la Ejecutiva Federal no se resista a intervenir y que muchos de los llamados a serlo no quieran ver su nombre en las listas.  

En su intervención, Juan Lobato hizo lo que un líder de la oposición está obligado a hacer, realizar propuestas que además de tratar de mejorar la vida de sus vecinos sitúe al adversario ante sus contradicciones. En la estela del Partido Popular, que ha pedido la creación de una comisión independiente que fiscalice el reparto de los fondos procedentes de la Unión Europea para evitar corruptelas, opacidad y discrecionalidad, Juan Lobato propuso a la presidenta madrileña la creación de una Oficina Regional de Fondos Europeos que sea dirigida  por una persona de reconocido prestigio y solvencia, en la que participen municipios, empresas, sindicatos y el resto de las fuerzas políticas para coordinar y fiscalizar la gestión de esos fondos.  Es decir, Lobato ha pedido lo mismo que pide el PP a Pedro Sánchez y, como los populares, ha obtenido la misma respuesta, el silencio, con lo que se confirma uno de los males de la política nacional, el sentido patrimonialista de la acción de gobierno y la contradicción entre lo que se exige cuando se está en la oposición y lo que no se da cuando se ejerce el gobierno.  

Ha sido la presidenta madrileña, además, quien ha iniciado la vía judicial por el reparto de una parte minúscula de los fondos -en función de proyectos-, que están dispuestos a seguir otros 'barones' populares, lo que se suma a la campaña europea desatada por el PP para sembrar dudas sobre la distribución de los fondos, -hasta Vox ha recomendado al PP que no maltrate la imagen de España en el exterior-  a pesar de que ya en dos ocasiones, la última por parte de un vicepresidente y un comisario, la Comisión Europea ha avalado la gestión del Gobierno.  

Una reconvención que ha coincidido con la visita del presidente andaluz, Juan Manuel Moreno, a las instituciones europeas, donde ha pedido árnica en forma de "flexibilidad" para gastar todos los fondos europeos que va a recibir: a determinar si es por falta de previsión de la Junta de Andalucía a la hora de presentar proyectos o por falta de capacidad empresarial. Y, en cuanto a la discrecionalidad en la distribución de fondos, es seguro que Jerez de la Frontera, la mayor ciudad gaditana y la quinta andaluza, no ha quedado fuera del reparto de 223 millones de euros en la provincia de Cádiz por el hecho de que su alcaldesa sea socialista. Otro mal de los de siempre.