La primera feria que tendrá lugar en la provincia tras la pandemia del coronavirus se celebrará en Guardo entre los días 14 y 16 de agosto y estará dedicada, en la décima edición del mercado artesanal, al Camino Olvidado a Santiago, una ruta de peregrinación por la que el Ayuntamiento viene haciendo en los últimos años una gran apuesta.
Para la presente edición, la concejalía de Turismo, Ferias y Promoción Económica del Consistorio ha extremado las precauciones. En primer lugar, reduce a 30 el número de estands (en esta ocasión, la inmensa mayoría serán palentinos) y limita el aforo del recinto a 800 personas.
Asimismo, el Ayuntamiento ha cambiado el escenario, que pasará de la plaza de la Constitución y la avenida de San Miguel al parque Fuentes Carrionas, donde se habilitará un circuito de salida y otro de entrada, se tomará la temperatura a los clientes antes de entrar en el recinto (se evitan así los taponamientos en los accesos) y se distribuirán soluciones hidroalcohólicas entre los distintos expositores, que estarán más separados entre sí.
«Hemos puesto las medidas higiénico-sanitarias necesarias para que la Feria de Artesanía del Camino Olvidado a Santiago se celebre con total seguridad. No obstante, lo más importante es que todos seamos responsables y que la gente cumpla con las indicaciones y las recomendaciones de las autoridades», señaló ayer la edil del ramo, María Llorente, durante la presentación del evento.
En cuanto al lugar de celebración, destaco el trabajo «en tiempo récord», de la concejalía de Obras, que ha podado los setos del parque, pintado los bancos, adecentado el estanque y sus entornos y colocado nuevos animales «para que el entorno de la feria sea mucho más agradable»
sello de calidad. En otro orden de cosas, la oficina de turismo ha obtenido el sello Turismo de Confianza. «El objetivo de este distintivo es reforzar la imagen de Castilla y León en general y la de Guardo en particular como destino turístico seguro, saludable y sostenible, tras la crisis sanitaria por la Covid-19», sostiene Llorente.
Se trata de un sello que más allá de dar unas garantías al turista post Covid», nace con vocación de continuidad, y va asociado a la calidad y excelencia turística. El sello certifica que las actividades turísticas municipales cumplen con las recomendaciones para minimizar el riesgo de contagios.