Las piscinas se preparan los meses previos al comienzo de la temporada veraniega para que todo esté a punto y la gente pueda disfrutar de estos meses de calor. Para algunas familias este propósito es imposible, porque las instalaciones no están adaptadas para personas con discapacidad. Desde Aspace, Federación de asociaciones de atención a personas con parálisis cerebral y discapacidades afines de Castilla y León, piden que se cumpla el Real Decreto Legislativo 1/2013, que declara que todas las piscinas de uso público, tanto las locales como las comunitarias, deben estar adaptadas para que las personas con discapacidad puedan disfrutar de ellas. Esta ley dio a todos los establecimientos un periodo de 4 años para hacer frente a este cambio, que se cumpliría en 2017. A día de hoy, ha pasado el plazo y la situación continúa igual.
Esas adaptaciones no solo están pensadas para este colectivo, sino para todo tipo de discapacidad o dificultad. Aspace declara «que todos en una o varias etapas de la vida, ya sea de forma temporal o permanente, van a ver limitadas las condiciones físicas, psíquicas y/o sensoriales»,  dado que los diseños tradicionales no resultan accesibles o representan un riesgo para gran parte de los usuarios.

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