El Juan de Homar registra una media diaria de 35 viajeros

Saray Hernández
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Más de 11.050 turistas subieron a la embarcación que conecta la Ruta Jacobea con el Canal de Castilla en Boadilla

El Juan de Homar registra una media diaria de 35 viajeros - Foto: Raúl MartÁ­nez

Ya ha pasado un año desde la reubicación del Juan de Homar en Frómista, el barco turístico que recorre las aguas del Canal de Castilla y que surca el único tramo navegable que coincide con el Camino de Santiago. Son más de 11.050 viajeros, según los datos facilitados por  la Diputación, los que en este primer año han querido disfrutar del recorrido de seis kilómetros entre ida y vuelta. La embarcación parte seis días a la semana desde la esclusa múltiple situada en Frómista, que va de la 17 a la 20 y es una de las obras más llamativas del Canal de Castilla.

El Juan de Homar fue trasladado desde Villaumbrales para poder ofrecer una nueva oferta turística vinculada al elemento patrimonial. En la información del periodo anual correspondiente a las principales procedencias de los viajeros, destacan por su número los de la provincia y del resto de Castilla y León, así como los llegados desde la Comunidad de Madrid y desde el País Vasco. Entre sus perfiles, son mayoritarios los de familias, parejas, escolares y asociaciones. 

un año después. Los datos recogidos por la Diputación indican que los viajeros peregrinos son solo un 5,34%,  591 sobre el total de 11.050 viajeros. Los meses de mayor afluencia de peregrinos fueron septiembre, mayo, abril y julio. Casi un 2 por ciento de peregrinos es extranjero, destacando como países de origen Alemania (14 por ciento), Corea (12 por ciento), Italia (11 por ciento) y Francia (9 por ciento).

El patrón de barco,Juan Carlos Urdiales, destaca la gran acogida que ha tenido el Juan de Homar en su nueva ubicación, «sobre todo a nivel de grupos, asociaciones y familias». También señala que «ha viajado más gente de la que se esperaba, y eso es un gran éxito para nosotros». Frente a lo que señalan los datos, distingue la afluencia de peregrinos. «Es cierto que un peregrino al final acaba optando por caminar, pero bastantes se animan a subir al barco», comenta Urdiales.

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