La empresa Quesería AT, que solicitó la entrada en concurso voluntario de acreedores por insolvencia económica a finales de agosto del pasado año, ha logrado mantener la actividad en la localidad de Herrera de Pisuerga con la misma plantilla de 30 trabajadores, lo que garantiza unos ingresos mínimos para afrontar el día a día, según indicaron a Diario Palentino fuentes cercanas al proceso concursal.
«Lo importante es que de momento se está consiguiendo mantener los empleos que había y que la planta siga produciendo. Dentro de esta fase, ahora se procede al reconocimiento de créditos a través de la administración concursal y su calificación como privilegiados u ordinarios, para luego afrontar el pago de la deuda acumulada a través del proceso que se sigue en el juzgado de primera instancia número1, especializado en temas mercantiles», explicaron las mismas fuentes.
La intención de la empresa en la siguiente fase es alcanzar un convenio de acreedores y seguir adelante, evitando la venta de la unidad productiva o la liquidación de los bienes y un cierre de instalaciones. Queserías AT comercializa sus productos en distitnos lineales de los supermercados bajo las marcas Santé, Campoduero y Granja La Luz.
problemas anteriores. El problema económico de la factoría agroalimentaria viene de tiempo atrás. Quesería Ibérica -tras adquirir en 2014 la unidad productiva de la antigua empresa Granja La Luz y afrontar sus entonces propietarios otro concurso de acreedores- pidió a comienzos de 2018 apoyo a la Junta para obtener liquidez y el Ejecutivo regional mantuvo que estaba dispuesto a salir a su rescate y aportar 1,5 millones de euros para ayudar en su expansión.
La empresa solicitó en febrero de ese año ayuda económica a la Fundación para el Anclaje Empresarial y la Formación para el Empleo, dependiente de la Junta, alegando una deuda de 11 millones y el riesgo de pérdida de los 70 empleos que generaba entonces.
Las dificultades datan de 2008, cuando Granja La Luz solicitó un concurso de acreedores en el juzgado de lo mercantil número 2 de Oviedo. Tras casi seis años, la entidad judicial decidió una regulación de empleo de 3 meses para dar tiempo a una posible venta de la unidad productiva de la empresa, que comenzó a aplicarse en abril de 2014.
Gracias al esfuerzo de los trabajadores, CCOO y varias administraciones, se consiguió seguir produciendo queso. Finalmente, en junio de ese año la empresa Quesería Ibérica AT arrendó las instalaciones y mostró su intención de adquirir la factoría herrerense poco después.