Mochilas llenas de enseñanzas

Esther Marín
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Los 29 niños del Sáhara que han pasado el verano en Palencia regresan a sus campamentos,mientras que una antigua usuaria del programa vendrá con su hijo enfermo para recibir atención

Mochilas llenas de enseñanzas

Un sabor agridulce. Eso es lo que se llevan y lo que dejan los niños que han pasado este verano en Palencia gracias al programa Vacaciones en Paz, por el que varios niños saharauis han vivido dos meses con familias de la capital y provincia. Han sido 29 los menores que han disfrutado de esta magnífica experiencia que ahora termina, lo que también supone una despedida tras el intenso vínculo creado entre los niños y las familias.

Entre ayer y hoy, los pequeños regresarán a sus hogares, aunque lo harán «con más fuerza y energía para afrontar las duras condiciones en las que viven en los campamentos del Sáhara», destaca  Anna Cristina Aparicio, presidenta de la Asociación Palentina con el Pueblo Saharaui, que este verano ha traído a 13 menores.

En su opinión, la experiencia ha sido de nuevo «un éxito» y vuelven a su entorno familiar «conscientes de que estas vacaciones eran temporales», pero con muchos aspectos positivos, como el hecho de que se hayan sometido a distintas revisiones médicas, que su alimentación haya sido la correcta para su edad o que hayan disfrutado de eventos y lugares diferentes.

«Su entorno familiar es correcto, pero el problema son las carencias que tienen, por lo que en este tiempo se intenta que puedan mejorar en distintos aspectos», añade Anna Cristina Aparicio.

satisfacción. Junto a ellos, los 16 niños de la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui, de los que 11 repetían la experiencia y 5 llegaban a Palencia por primera vez. «Estamos muy contentos, pues los niños se van con una tremenda mochila cargada de cosas buenas», destaca el responsable del colectivo, Jesús Merino. En este tiempo, los pequeños han tenido la oportunidad de ser recibidos por distintas instituciones, así como de conocer colectivos, lugares y personas muy variadas, «sin olvidar la atención personal e individual que han recibido», añade Merino.

Además, el presidente de la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui muestra su satisfacción por lograr que una antigua usuaria del programa pueda regresar de nuevo a Palencia. Pero en esta ocasión lo hará por un motivo diferente al que la traía aquí cada verano, pues en esta ocasión lo hará con su hijo, que sufre un problema y debe ser atendido por profesionales sanitarios.

«Hemos conseguido que pueda ser sometido a reconocimientos para un diagnóstico más certero y en mejores condiciones, por lo que estamos muy contentos y esperanzados de que el pequeño pueda mejorar», explica Merino. El veterano responsable de este programa espera continuar con su desarrollo en próximos años, aunque se ha marcado como objetivo lograr que más familias de la capital se animen a acoger niños y aumente su número el próximo verano.