Un millón permitirá un arreglo «de justicia» para la P-984

O. H.
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Los alcaldes de Ribas y San Cebrián creen que las protestas del pasado verano han empujado a la Junta a licitar las obras

Un millón permitirá un arreglo «de justicia» para la P-984 - Foto: Eva Garrido

«Es un acto de justicia». De esta forma tan meridianamente clara, califica el alcalde de San Cebrián de Campos, Juanjo Aguado, la licitación lanzada por la Junta de Castilla y León para el arreglo de la P-984 entre la N-611 y su localidad, pasando por Ribas. Carretera más directa para llegar hasta la capital palentina. Una anuncio en el que para el regidor, ha pesado la presión de los vecinos. «No dudo en ningún caso que la Junta tuviera la intención de arreglar la carretera, pero estoy seguro que las movilizaciones del pasado verano han empujado, por lo que no puedo hacer otra cosa que agradecer las movilizaciones de mis vecinos», explica Aguado.

La Junta acaba de publicar la licitación por un millón de euros del arreglo de los casi 10 kilómetros de esta carretera que, como explica el alcalde de la otra localidad afectada, Ribas de Campos, Julio Martínez, «está en un pésimo estado y con una afección importante a la seguridad. Hay que recordar que es una carretera que tiene un alto número de circulaciones, con la gente que mueve la Fundación San Cebrián, la granja de Santa Cruz, o los  propios vecinos».

Los últimos datos de la Junta de Castilla y León fijan para esta carretera una intensidad media diaria de 470 vehículos (2017), una de las más elevadas de las carreteras secundarias de la Junta en la provincia.

Un millón permitirá un arreglo «de justicia» para la P-984Un millón permitirá un arreglo «de justicia» para la P-984 - Foto: Óscar NavarroCabe recordar que en el mes de julio, los vecinos de ambas localidades organizaron una protesta y llegaron a cortar esta vía para mostrar su malestar por el estado de la carretera. Una situación que desde el Ayuntamiento de San Cebrián llevaban ya cuatro años denunciando sin ningún éxito. «Ha quedado claro que las protestas estaban justificadas y eran necesarias», apunta Aguado.

Tras la protesta, los contactos entre los municipios y la Junta se intensificaron, y se alcanzó el compromiso de que «antes del final de la legislatura se licitaría. La verdad es que ya no tenía esperanza, pero qué alegría que se haya licitado ya la obra», reconoce el primer edil de Ribas de Campos.

La obra.  El proyecto tendrá un coste máximo de 1.076.000 euros, según el precio de licitación y un plazo máximo de ejecución de 15 meses una vez se adjudiquen las obras. «Todo no puede hacerse a la vez. Estamos contentos con que se haga. El plazo, bueno, lo importante es que se haga bien y se devuelva la seguridad a la carretera», reclama Aguado. 

«Para nosotros, lo principal es que ya se ha puesto el dinero, y que no se vaya a parar tras las elecciones», añade Martínez.  

El caso es que esta obra lleva varios meses en el cajón. La Junta contrató la redacción del proyecto en 2015 y fue fechado en octubre de 2017 por parte del estudio vallisoletano Dynaqua.

El mismo apunta que  ya en 2017  la carretera presentaba «blandones, además de pequeños deterioros y cesiones principalmente en la zona de rodadura de los vehículos. Además el estado del firme de rodadura se encuentra fisurado y en mal estado», con una anchura de 6,30 metros.

La ejecución de la misma dejará esa misma anchura, con carriles de 3 metros y arcenes pavimentados de apenas 10 centímetros, por los que en este caso no se ensanchará la plataforma. 

Se proyecta, por tanto, una renovación superficial de unos 5 centímetros de mezcla bituminosa que permita absorber y corregir los deterioros y cesiones. Además, se regularizara con una capa de 3 centímetros del mismo material. 

Lo cierto es que en diversos puntos se tendrá que realizar una renovación y un arreglo más intenso, porque «se han encontrado a lo largo de la traza algunos blandones que se repararán fresando el pavimento existente, y posteriormente se realizará una excavación de 50 cm. En el fondo se colocará un geotextil y posteriormente se rellenará con 50 cm de zahorra artificial, para completar la obra con el asfaltado.

Paralelamente a esta mejora del asfalto se renovará, además de toda la señalización horizontal que desaparecerá, todas las señales verticales «que tienen su capacidad  reflectante casi agotada».  

De forma accesoria ya para mejorar la seguridad, todos los accesos a caminos se construirán con tubo de hormigón y losa superiory contarán con protectores de pasos salvacunetas.